Viviendas en Panamá bajo el “efecto perverso de la exclusión"

Las posibilidades para los panameños de clase media o clase media baja, de vivir en el centro de la ciudad, parecen desaparecer con el paso de los días.

Las ofertas de viviendas en la urbe capitalina sobrepasan las posibilidades de una familia con ingreso mensual de B/.800.00 o B/. 900.00, ya que para aplicar a una vivienda, que en su mayoría son apartamentos, el ingreso mínimo debe ser de entre B/.1500.00 y B/2000.00 aproximadamente.

Para los panameños cuyos ingresos no llegan a esa cifra, las posibilidades de obtener una casa están en la lejanía de la ciudad, en Juan Díaz, Pedregal, Pacora, Ciudad Radial o en el área de Panamá Oeste (Arriaján o La Chorrera).

Tener aspiraciones de vivir “cerca de todo” puede costar arriba de los 100 mil dólares, de acuerdo al tamaño y tipo de apartamento. Construcciones que según los propios nacionales, no se hacen para los panameños.

En la ciudad

Un apartamento de 82 metros cuadrados (mt2), ubicado en la Vía España podría costar B/. 158,000.00; mientras que en el área de Condado del Rey, apartamentos de 80 mt2 y 97mt2, están en B/.144,000.00 y B/.174,000.00 respectivamente.

En Villa Lucre, también hay otros proyectos en construcción con apartamentos desde 71 mt2 hasta 138 mt2 de dos y tres recámaras, su precio está desde B/.141,141.00. Para aplicar se debe tener un ingreso mensual mínimo de B/1,500.00".

Precios bajos

También hay proyectos donde el ingreso familiar puede ser más bajo, a partir de los B/650.00, pero para vivir en las afueras de la ciudad, específicamente en el área de Pedregal.

Por el sector hay proyectos con un valor de B/.77,000.00. La misma promotora ofrece otro proyecto en el sector de Panamá Oeste al mismo precio.

Fenómeno internacional

La realidad que se da para la adquisición de casas en la centro de la ciudad, no es exclusiva de Panamá, más bien es un fenómeno generalizado, según el urbanista Álvaro Uribe.

En palabras del experto, “Hay aburguesimiento de las ciudades alrededor del mundo, porque es precisamente la burguesía la que puede pagar los precios altos de suelo y viviendas”.

Esto se da en muchos países de Europa, Estados Unidos, y en América Latina, donde el área central escasea, mientras que las áreas periféricas abundan y esto implica un “efecto perverso” ya que genera exclusión, por razones de precio.

Sobre ese punto, sostuvo que el Estado debe intervenir realizando una adecuada planificación, ya que si se deja que sea el sector de negocios el que planifique, ocurre lo que se está dando, donde la clases con menos poder adquisitivo puedan vivir en los centros urbanos.

Resaltó que todas las personas, incluso los pobres, tienen derecho y deben participar en la valorización de una ciudad.