Feria de las Flores potencia el turismo en Medellín

La Feria de las Flores potencia el turismo extranjero en Medellín
La Feria de las Flores potencia el turismo extranjero en Medellín / Foto/EFE
Efe
10 de agosto 2016 - 18:08

La Feria de las Flores atrajo en su edición de este año a 11.139 turistas extranjeros a Medellín, ciudad colombiana estigmatizada en el pasado por el narcotráfico y la violencia y que ahora se llena de colores con esta tradición.

Este evento, que el domingo concluyó su edición 59 con el tradicional Desfile de Silleteros, ha registrado en el último lustro un crecimiento del 164% en la llegada de viajeros internacionales, según datos del Medellín Convention & Visitors Bureau.

"La ciudad se ha convertido en un destino atractivo gracias a sus flores", dijo a Efe la gerente del Bureau, Ana María Gallego, quien destacó que la feria atraía a "4,219 extranjeros en 2012".

Esta urbe, que durante diez días se llenó de colores, ha encontrado en esta feria la mejor manera de repotenciar su turismo procedente del extranjero, que en 2015 tuvo un crecimiento ocho veces mayor que el promedio mundial.

Gallego indicó que atribuyó el éxito de la feria a la magia de convertir la ciudad en un jardín y a la promoción que se hace por varios países con "un silletero como protagonista".

Tailandia, Italia, España, Brasil, Estados Unidos, México, República Dominicana, Perú y Chile, entre otros, son algunos de los escenarios que conocieron la Feria de las Flores y la tradición silletera, declarada en 2015 Patrimonio Inmaterial y Cultural de la Nación.

Esta tradición nació hace más de medio siglo en el caserío de Santa Elena, desde donde descienden a Medellín centenares de campesinos con enormes arreglos florales sobre sus espaldas para honrar a sus ancestros y diluir un pasado violento salpicado por el narcotráfico.

Para la gerente de la Feria de las Flores, Natalia Martínez, cada año la ciudad se convierte en "foco turístico" para miles de extranjeros por la "exuberancia" de su cultura, estética particular y nativos que cautivan.

"Nuestra feria es una expresión cultural y la manera de mostrar con color, flores y raíces a una ciudad que ha superado muchas historias difíciles", expresó a Efe Martínez.

Enfatizó que el "corazón" de este carnaval de flores será siempre el Desfile de Silleteros, una tradición "más sublime y serena" que se encamina, según dijo, a ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

"Medellín no debe pensar en su difícil pasado, debe vivir el presente colorido que le da esta bella feria con ese despliegue de flores", dijo la panameña María Cruz de Anguizola, que junto a 23 de sus compatriotas disfrutó de la "Ciudad de la Eterna Primavera".

En una exploración distinta, encaminada a romper con estereotipos, el fotógrafo estadounidense David Taggart se animó a registrar a una "nueva Medellín" en el marco de la feria.

"Desafortunadamente en Estados Unidos tenemos una imagen de Colombia y Medellín como un centro del narcotráfico", afirmó el reportero, que ha recorrido países como Chile, Argentina, Bolivia, Camboya, China, Vietnam e India.

Esa percepción cambió al encontrar con la "mente abierta" a una "ciudad maravillosa, que se transformó con ideas correctas y gente alegre y creativa".

Taggart conoció la Medellín más innovadora con una visita a la Comuna 13, un lugar que consideró "impresionante" por su arte y escaleras eléctricas callejeras y admitió que quedó atrapado por la imponencia del Desfile de Silleteros.

"Fue más de lo que esperaba. Quedé impactado con los hombres que llevan 80 kilos en su espalda", afirmó tras concluir que "detrás de esas flores y silletas está gente con pasión y energía".

Y esa pasión es la que ha llevado a Óscar Alonso Atehortúa, presidente de la Corporación de Silleteros, a convertirse en un embajador de esta región que entre margaritas, dalias, claveles y girasoles ha modificado la percepción de Medellín en el exterior.

"La Feria de las Flores y los silleteros son parte de la buena imagen de la ciudad; cada vez somos más internacionales", afirmó Atehortúa, que recibe en su finca la visita de turistas coreanos, japoneses, franceses, canadiense y estadounidense, entre otros.

Y ese prestigio internacional del que hoy goza la feria, que ha sido impulsada en escenarios como Fitur en Madrid, ITB en Berlín, WTM en Londres, supone para la economía de la ciudad un impacto positivo.

Según la alcaldía de Medellín, en la edición que acabó de finalizar, se registró una ocupación hotelera del 74% y el gasto promedio de un visitante extranjero durante la feria fue de 180 dólares diarios.

"Este tipo de eventos no solo contribuyen en la generación de empleos e ingresos económicos, sino que impulsan el desarrollo y posicionamiento del destino ante el mundo", apostilló la subsecretaria de turismo de Medellín, Juliana Cardona.

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