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La brutal y costosa campaña electoral por el puesto de gobernador terminó como empezó: agria, personal y más ajustada que nunca.

Lo que comenzó hace meses con una oleada de anuncios de televisión terminó el lunes con los dos principales rivales hombro con hombro en todas las votaciones posibles. Los sondeos seguían mostrando que la carrera entre el gobernador republicano Rick Scott y el republicano reconvertido en demócrata Charlie Crist estaba, en esencia, empatada.

Scott y Crist recorrieron el estado en el último día antes de las elecciones, enfrentándose a los recordatorios sobre la impredecible naturaleza de una carrera que ha incluido anuncios por valor de más de 100 millones de dólares pagados por las campañas y sus aliados. Más de tres millones de ciudadanos votaron ya por anticipado.

Scott predijo audazmente que conseguiría una "gran victoria" sobre Crist.

"Vamos a patear el trasero de Charlie", dijo ante cientos de personas reunidas en una plaza al aire libre ante el bastión republicano en Florida de The Villages.

Por su parte, Crist cerró su último día de campaña en un mitin en la Universidad de Florida Central con el ex presidente Bill Clinton en el que cientos de estudiantes le recibieron con entusiasmo. Clinton criticó a Scott por no aceptar dinero federal para expandir Medicaid y por recortar el gasto en educación. Dijo que Scott era un gobernador del tea party que sembraba divisiones, y que Crist demostró durante su carrera que puede trabajar con los dos partidos.

"No puedes elegir al candidato que se separa", dijo Clinton sobre Scott. "Tienes que elegir al candidato de trabajar juntos. No `Vamos a polarizar a todo el mundo. Si les echamos encima suficientes anuncios negativos les ganaremos de todos modos'".

El tono del día final de campaña fue encendido. Scott comenzó la jornada frente a un sonoro grupo de manifestantes contrarios. En un restaurante griego, el gobernador criticó a su rival como alguien que "salió corriendo" tras una legislatura como gobernador cuando la economía del estado empeoró y la tasa de desempleó se disparó.

También Crist se encontró un grupo de votantes rivales durante su mañana en el sur del estado, e hizo varias paradas no planificadas en el condado de Broward, visitando una barbería y un restaurante jamaicano.

Alphia Stevenson, trabajadora social infantil, dijo que ya había votado por él.

"Me gustaba cuando era republicano. Sabía que era un demócrata disfrazado", comentó. "Charlie Crist. Él es el hombre. De republicano a independiente, y ahora está en el equipo de verdad, demócrata".

Tom Milton, un jubilado de 80 años y activista del tea party en The Villages, dijo que una victoria de Crist era "impensable". Milton dijo ser un gran partidario de Scott, a pesar de que retiró algunos de sus proyectos de 2010, como una ley anti inmigración similar a la aprobada en Arizona.

"Tiene una visión para el estado", dijo Milton de Scott. "Charlie no tiene esa clase de visión, por lo que yo veo".