Expandilleros terminan primera etapa de ‘Barrios Seguros’

Alrededor de 43 expandilleros que pertenecían a al menos cinco grupos delincuenciales en diversas comunidades del distrito de David, provincia de Chiriquí, que aceptaron integrarse al programa “Barrios Seguros”, recibieron su certificado de culminación de la primera etapa de este programa.

Estos jóvenes provenientes de diversos barrios considerados como de alto riesgo, participaron por más de cuarenta horas del seminario “Desarrollo Humano”, dictado por el Instituto Nacional de Formación Profesional para el Desarrollo Humano (Inadeh), que consistió en capacitaciones en electricidad, cómputo, albañilería, soldadura, entre otros.

La implementación del programa “Barrios Seguros” que realiza el Ministerio de Seguridad Pública (Minseg), tiene por objetivo resocializar a los jóvenes que integran las pandillas y que deciden en forma voluntaria a formar parte del programa para que los ciudadanos cuenten con barrios seguros y en paz.

Armando Castillo, uno de los ciudadanos de alto riesgo social que aceptó ingresar al programa dijo que asumir el reto de dejar las pandillas no fue fácil, pero que ya ve una mejor condición de vida y un mejor futuro para él y su familia.

El objetivo del proyecto es que se reduzcan los hechos de violencia, y que los jóvenes expandilleros retomen el camino correcto a través de la resocialización y que en el menor tiempo posible se integren a la sociedad mediante la inserción laboral y puedan llevar una vida normal como tienen los demás ciudadanos.

Luis Rodríguez, coordinador del programa en el Inadeh, calificó como exitoso el programa, que dijo tendrá otros componentes de capacitación para que estos ex pandilleros ingresen al mercado laboral, especialmente en los proyectos que implementará el Gobierno Nacional.

A nivel nacional más de 2 mil jóvenes expandilleros y adolescentes en riesgo social se han sumado a “Barrios Seguros”, y actualmente muchos se han integrado como mano de obra a otros programas de gobierno como “Techos de Esperanza” y “100% agua, cero letrinas”, según Rodríguez.

Cabe destacar que éstos jóvenes deben someterse a trabajo social, entrenarse con educación básica, recibir educación vocacional, brindar servicios a la comunidad, participar en las actividades de forma espiritual mediante la fe o estar en las iglesias, participar en actividades culturales y deportivas.