La dura homilía de Ulloa en Atalaya contra los políticos, el poder económico y la corrupción

Los fuertes cuestionamientos que hace el arzobispo de Panamá / TVN Noticias

El arzobispo metropolitano José Domingo Ulloa exigió este domingo 5 de marzo un alto a las campañas de descrédito, manipulación y desinformación en las redes sociales, uno de los problemas más comunes de la era tecnológica.

“Aprendamos a discernir y dejemos de hacer linchamientos en las redes sociales: ¡démos la cara! No seamos ingenuos: detrás está el poder económico y el poder político. Tenemos que contrastar”, instó el monseñor en una homilía en Atalaya.

Ulloa se refirió ampliamente a las distorsiones que, según él, provocan los poderes político y económico, en un sermón que lo dejó disfónico, y que fue atendido por el presidente Juan Carlos Varela y decenas de políticos que acudieron a la eucaristía en honor al Nazareno de Atalaya.

A ellos les pidió, incluso, que no “instrumentalicen” la Jornada Mundial de la Juventud en 2019, para ganar votos electorales. “No tomen eso de contexto para hacer simpatías”, reclamó.

Y siguió. Otra gran parte de su homilía de 40 minutos fue dedicada, como ya es costumbre, a la corrupción: es un “karma”, un “pecado a la mano que tienen las personas con autoridad sobre los demás”.

“Pero, ¿quién paga la corrupción?: el pobre, los hospitales sin medicina, los enfermos sin cuidado ni atención espiritual, los niños sin educación ni catequesis”, dijo Ulloa, ante una nutrida cantidad de fieles.

Según Ulloa, es fundamental “ser capaces de aceptar el daño que le hicimos y le seguimos haciendo al país, en lo económico, lo moral y lo espiritual”.

“Nadie está exento de responsabilidades, ni las iglesias, ni los ricos, ni los pobres”, agregó.

En tres años se han abierto más de un centenar de procesos por corrupción, la mayoría de ellas contra la administración de Ricardo Martinelli. Los principales ministros de su Gabinete han estado detenidos, aunque no ha habido sentencia alguna.

Los panameños, de hecho, han dejado ver en las múltiples encuestas de Dichter & Neira su desconfianza con el sistema judicial y que vaya a haber justicia.

Ulloa también ha volteado la mirada hacia los escépticos: “hay un pecado todavía más grande que la corrupción: la indiferencia, el poco importa”.

“Eso nos hace insensibles frente a la necesidad del otro. Es otro de los males que debemos combatir. La indiferencia nos paraliza, no nos permite movernos. Nos clava en el suelo dejando que todo pase porque no es conmigo”, advirtió.

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