¿Te consideras feminista? Tal vez lo seas y no lo sabes aún.

Una mujer feminista considera que no debería haber diferencias social de géneros, es decir las mujeres y los hombres deben tener los mismo derechos y oportunidades.

¿No te asustes! Ser feminista no es nada malo, es simplemente luchar por los derechos de la mujer, primero que todo te vamos a explicar bien el término feminismo.

¿Qué es el feminismo?

El feminismo no es más que una doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.

Este movimiento cuestiona la relaciones entre la mujer y el hombre y el poder social, económico y político. Las feministas consideran que el papel de la mujer puede igualar a la del hombre en la sociedad, que el patriarcado es un rol que ha impactado de manera negativa, dándole poder al hombre para que haga con la mujer lo que más le parezca.

Es importante saber que hay hombres que apoyan al movimiento, es decir que son feministas, también es importante saber que existen mujeres que aceptan el rol social del hombre y lo reconocen como una realidad cultural.

¿Como saber si eres feministas?

Nacemos iguales en derechos y las diferencias biológicas no deberían significar diferentes oportunidades, tenemos los mismos derechos y en este siglo las cosas han variado mucho tanto así que una mujer es capaz de pagar la cuenta del restaurante donde cenaste con tu pareja o amigo, una mujer también participa en el pago de los gastos del hogar, hoy en día la sociedad le da mucha participación a las mujeres.

Como nace el feminismo:

El movimiento femenino “moderno” nació en los albores de la lucha por la igualdad y la emancipación, inmediatamente después de la independencia de EE.UU y de la Revolución Francesa, y las demás revoluciones burguesas que plantearon como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos.

La revolución francesa al igual que otras revoluciones, marcaban como objetivo primordial, la consecución de la igualdad jurídica y de libertades y derechos políticos. Pero pronto surgió la gran contradicción que marcó los inicios de las primeras luchas feministas: los logros conseguidos durante la revolución no afectaron a las mujeres, a pesar de representar éstas la mitad de la población en lucha por la libertad.