El competidor chino de Uber logra licencia para operar legalmente en Shanghái

En muchas ciudades chinas los conductores privados que lo hacen, utilizando aplicaciones para móviles, varias chinas y la propia Uber, estaban siendo multados hasta ahora.

Un smartphone con la aplicación de Didi kuaidi en Pekín, China.
Un smartphone con la aplicación de Didi kuaidi en Pekín, China. / EFE
Efe
09 de octubre 2015 - 06:25

El mayor competidor chino de Uber, la firma Didi Kuaidi, que en un principio comenzó funcionando como una aplicación para reservar taxis mediante teléfonos inteligentes, aunque ahora la mitad de sus viajes se hacen ya con vehículos privados, ha logrado una licencia para operar en Shanghái.

Se trata de la primera que se concede en China para este tipo de servicios, aseguró el presidente ejecutivo de Didi, Cheng Wei, que recoge hoy el diario oficial "Shanghai Daily".

Las autoridades shanghainesas habían estado tratando de limitar en los últimos años el alcance de este tipo de programas populares para teléfonos móviles entre su flota de taxis, pero ahora han concedido a Didi Kuaidi una licencia para operar legalmente, aunque sólo para sus servicios de automóviles privados.

Las condiciones para ello implican que la compañía debe registrar y asegurar a todos los conductores de su red y a sus vehículos correspondientes, así como contar con un seguro que cubra a todos los pasajeros en sus desplazamientos.

Por este motivo, Didi aumentará desde ahora sus exigencias a la hora de añadir nuevos conductores, aunque "serán incluidos en nuestra plataforma siempre que cumplan con ciertos requisitos", aclaró Cheng, que anticipó que va a pedir un permiso similar en otras urbes chinas.

Por su parte, el director de la Comisión de Transportes del Gobierno de Shanghái, Sun Jianping, defendió la decisión recordando que la metrópoli oriental, una de las más pobladas del mundo, con 24 millones de habitantes, tiene el "compromiso de satisfacer las necesidades de transporte de sus ciudadanos".

Esta primera licencia en Shanghái podría marcar un modelo para regularizar este tipo de servicio de transporte informal, basado en reservas mediante estas aplicaciones para teléfonos móviles, que también han resultado polémicas en todo el país, ya que la ley china prohíbe que los conductores privados lleven pasajeros por dinero.

Para Didi Kuaidi, la mayor de estas plataformas en China, que hace más de un año que empezó a extenderse de los taxis a los vehículos privados, el permiso obtenido en Shanghái supone que las autoridades locales han reconocido su labor de innovación en el sector.

Por su parte, la firma estadounidense Uber acaba de registrar una filial propia en la Zona Piloto de Libre Comercio de Shanghái (ZPLC), como anticipación para estar "preparada" ante posibles cambios legales en el sector que espera que haya en el país, según explicó su jefe de estrategia para el país, Liu Zhen.

En efecto, el Ministerio de Comunicaciones trabaja en una nueva ley para regular esta nueva modalidad de transporte, y desde Uber "solicitaremos la nueva licencia cuando se publiquen las regulaciones", confirmó Liu.

La de Shanghái es, de hecho, la primera filial de Uber fuera de Estados Unidos y prevé poner en marcha un programa de expansión por el territorio chino, cuando le sea posible, valorado en 6.300 millones de yuanes (879,2 millones de euros, 992,35 millones de dólares).

Por ahora, desde esa zona gris oscura de la legalidad que supone multas para sus conductores, Uber, que también cuenta con apoyo financiero del gigante chino de internet Baidu, funciona en 21 ciudades de China, pero confía en extender sus servicios hasta un centenar en 2016.

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