Exposición en Nueva York celebra 70 años de la agencia Magnum

Asistente a la exposición en Nueva York
Asistente a la exposición en Nueva York / AFP
Afp
26 de mayo 2017 - 10:24

Entre información inmediata y mirada artística, una exposición en Nueva York celebra los 70 años de la agencia Magnum, una cooperativa de fotógrafos única en su género que logró sobrevivir a los cambios del mundo de la fotografía.

"Magnum Manifesto", que se abre este viernes en el Centro Internacional de la Fotografía (ICP), es diferente de las exposiciones previas consagradas a Magnum, que consistían esencialmente en una muestra de las imágenes más célebres de la historia de la agencia.

James Dean caminando por Times Square, Pablo Picasso protegiendo a Françoise Gilot bajo una sombrilla, Marilyn Monroe en el rodaje de "The Misfits" (Vidas Rebeldes)... Algunas fotos de Magnum dieron la vuelta al mundo y están registradas en la memoria del siglo XX.

"Uno de los desafíos es intentar definir el 'espíritu Magnum'", explica Clément Chéroux, uno de los curadores de la exposición.

La exposición lo hace a través de las fotos, claro, pero también recuperando citas de los propios fotógrafos, como Robert Capa y Henri Cartier-Bresson, las dos figuras emblemáticas de la agencia, con un centro de gravedad que se sitúa entre París y Nueva York, sus dos oficinas históricas.

Magnum es una "utopía fotográfica", decía el francés Henri Cartier-Bresson, "una construcción de observadores". Es también un colectivo claro que no esconde su ambición, como lo resume su nombre, "Magnum", grande en latín.

Cooperativa de fotógrafos marcados por la Segunda Guerra Mundial, la agencia representa desde sus inicios los valores humanistas, muy presentes en sus primeros años de vida.

La serie "Generation X", realizada a comienzos de la década de 1950 y que se interesaba por los jóvenes de varios países del mundo, ilustraba así este ideal de igualdad, de aspiraciones comunes.

Pero sus fotógrafos buscaron también, años más tarde, evocar la diferencia, consagrándose a reportajes sobre los enfermos mentales o los drogadictos, subraya Chéroux.

Un aura que fascina -

La agencia se esfuerza también por combinar la urgencia de la noticia y una visión artística del mundo, no sin dificultades, con fotógrafos de personalidades a veces muy fuertes.

A esto se suman otras fuentes de tensión, sobre todo la ligada a la fotografía de empresa, menospreciada por algunos pero que permite diversificar las fuentes de ingresos de esta cooperativa totalmente independiente.

Para Chéroux, "logran mantenerse porque consiguen hacer todo al mismo tiempo, una cosa y lo opuesto".

Las dificultades de la prensa, que han provocado una caída de los ingresos, y una cierta banalización de la foto con el pasaje al sistema digital han sacudido el sector en estos últimos años.

La agencia Gamma se declaró en quiebra en 2009 antes de ser comprada por el fotógrafo François Lochon, mientras que Sygma y Sipa fueron declaradas en liquidación en 2010 y 2012 respectivamente.

Aunque vaciló, Magnum sobrevivió gracias a su diversificación, iniciada muy temprano por Robert Capa.

Pedidos de empresas, exposiciones diversas, edición de numerosos libros, tirajes artísticos: la agencia es múltiple.

"La situación sigue siendo precaria", observa no obstante Clara Bouveresse, la otra curadora de la exposición, autora de una tesis sobre Magnum. "Encontrar un modelo económico viable para los fotógrafos es hoy un gran desafío".

Si Magnum aún aguanta, es también porque sus fundadores batallaron ferozmente por el reconocimiento de sus derechos de autor, de los cuales se beneficiaban muy pocos fotógrafos de prensa antes de 1947.

Setenta años después de su creación, el 6 de febrero de 1947 en torno a una botella de champán en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), la agencia emplea aún a 49 fotógrafos y sigue ofreciendo su crónica del mundo. Una longevidad sin igual para una agencia que se dedica exclusivamente a la fotografía.

"Esta agencia tiene una especie de aura que fascina a las jóvenes generaciones", explica Bouveresse.

"El desafío para los jóvenes fotógrafos que quieren unirse a Magnum", dice, "es a la vez inscribirse en la continuidad, compartir los valores humanistas que están aún bastante presentes, pero al mismo tiempo proponer algo nuevo".

La exposición se terminará en Nueva York el 3 de septiembre y viajará luego a Roma y a Berlín antes de un posible pasaje por Francia.

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