No les grites a tus hijos

No les grites a tus hijos
No les grites a tus hijos
02 de julio 2014 - 08:15

Muchos padres les gritan a sus hijos cuando pierden la paciencia y sienten desesperación o frustración al ser desobedecidos constantemente.

Quien tiene hijos pequeños y adolescentes rebeldes, sabe bien, que entre tantas travesuras y rabietas perder la paciencia es solo cuestión de minutos, pero antes de caer en la exasperación respira profundo y piénsalo dos veces, toma en cuenta que los gritos no son la fórmula para conseguir que ellos te obedezcan.

¿Cómo te sientes después de gritarles a tus hijos? Seguramente mal y con sentimiento de culpa. A continuación explicamos algunas razones para que reflexiones sobre el tema:

Elevas la agresividad:

Cuando le gritas a una persona, instantáneamente estás haciendo que se altere y que aumente su nivel de agresividad. Así que si tu deseo es que reine la paz en tu hogar, a punta de gritos no lo lograrás.

Te ves descontrolado:

Si piensas que gritando tomarás el control de la situación, entonces estás muy equivocado. De esta forma solo reflejas falta de autoridad y le das un terrible ejemplo a tus hijos. A largo plazo, los gritos se vuelven un problema mayor, porque se convierten en el método de comunicación de todos cuando las cosas no andan como desean.

Gritar no mejora la conducta de tus hijos:

Todo lo contrario, los hace más rebeldes. Para resolver el problema puedes implementar nuevas reglas y explica las consecuencias que tendrán si no las cumplen. A veces logras más resultando las conductas buenas de tus hijos, ya que los motivas a ser mejores.

¿Qué hacer para no gritar?

•Trata de respirar y si el comportamiento de tus niños no mejora, haz una amenaza de castigo que sepas que puedes cumplir. Si eres constante, los niños aprenderán a respetarte.

•Cambia sus actividades por algo más tranquilo, así modificarás sus energías y podrás calmarlos. Otra forma de relajarlos es bañarlos y poner música suave.

•Háblale desde una distancia corta y mantén contacto visual.

•Habla con voz firme y calmada.

•Usa un lenguaje preciso, directo y sencillo.

•Tu hijo siempre debe saber que si no hace lo que se le pide, obtendrá un castigo como consecuencia.

Estos consejos pueden ayudarte a mejorar el comportamiento de tu hijo y su relación con el, ponlos en práctica y notarás los cabios.

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