Baja la producción de ñame en Panamá, ¿Qué está pasando?

Agricultura en Panamá

Imagen de productor en medio de la faena de riego.
Imagen de productor en medio de la faena de riego. / Pixabay
Julio César Aizprúa - Corresponsal digital
13 de diciembre 2021 - 06:57

Ciudad de Panamá/Sancocho sin ñame. El consumo anual per cápita de ñame en Panamá ha venido decreciendo en los últimos años, pasando de 4.3 kilogramos (9 libras) durante el periodo 2017-2018, a 2.4 kilogramos (5 libras) en 2019-2020, provocando una baja en la producción y en la rentabilidad de los productores.

Esta situación motivó a los agricultores de la Asociación Agricultura Sostenible, Conservación y Desarrollo (Ascode) a voltear la paila: ahora cultivan yuca, alegando que los costos de producción del ñame son cada vez más altos, rozando los 6 mil dólares por hectárea, unos 1,124 dólares más que los de la yuca.

No hay demanda de ñame”, aseguró desde Rincón Grande de Ocú, provincia de Herrera, el presidente de la Asociación de Productores de Raíces y Tubérculos de Ocú (Asprato), Evelio Higuera, quien reveló que de los 100 agricultores que hace unos años conformaban esta asociación hoy día apenas quedan 25, que persisten en cultivar ñame diamante, monja y muy poco del antes infaltable baboso.

Higuera califica la situación de este cultivo como “muy crítica”, sobre todo ahora que están entrando en época de postcosecha, o sea, almacenamiento del producto.

Actualmente, por el quintal de ñame diamante se le paga al productor 12 dólares, mientras que por el tipo monja recibe 25 dólares, cuando hace tan solo tres años por el quintal de diamante se pagaba 37.73 dólares, por el monja 77.12 dólares, y por el hoy casi desaparecido baboso 94.39 dólares el quintal, de acuerdo con cifras del Instituto de Mercadeo Agropecuario.

La inestabilidad de los precios, agudizada por la pandemia, nos obligó a alejarnos de este cultivo”, manifestó por su parte Abdiel Navarro, de la Ascode, quien detalló que a esto se le suman los altos costos de los insumos, de la mano de obra, y del alquiler y preparación de suelos, entre otras erogaciones que tiene que hacer el productor.

Navarro indicó que los jóvenes tampoco quieren dedicarse a las labores de siembra, cosecha y comercialización de ñame, lo que agrava la falta de mano de obra en Ocú, otrora cuna de la producción de ñame en provincias centrales.

El cultivo también presenta una baja disponibilidad de semillas libres de plagas y enfermedades, un manejo inadecuado de semillas tratadas para contrarrestar los ataques a la planta, además de una deficiente preparación del terreno para la siembra y fertilización, lo que reduce los rendimientos, admite el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) en su informe de cierre agrícola 2019-2020.

La entidad estatal reconoce que hay una “debilidad en la capacitación y la transferencia de tecnologías a los productores”, tarea que le corresponde junto al ahora llamado Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá.

A través de los años los productores de raíces y tubérculos no han escapado a las promesas gubernamentales. Reportes de prensa indican que en marzo de 2011 el entonces ministro de Desarrollo Agropecuario, Emilio José Kieswetter, entregó la orden de proceder para la construcción, por 1.8 millones de dólares, de una planta procesadora, empacadora y comercializadora de ñame y yuca, entre otras raíces y tubérculos, estructura fantasma que los productores consultados dijeron desconocer en qué lugar de Ocú está ubicada.

Según se informó en aquella oportunidad, la obra beneficiaría a unos 400 productores de las provincias de Herrera y Los Santos

Estadísticas del MIDA registran que durante el año agrícola 2019-2020 la producción de raíces y tubérculos en el país fue de 1,045,190 quintales, representando la yuca el 55% de la producción, seguido del ñame con el 33%, otoe 8% y el ñampí con un aporte del 4%.

Los mayores aportes lo hicieron las provincias de Darién con 45% del total, Chiriquí 24%, Herrera 11%, Veraguas 8% y Colón 7%, de acuerdo con las cifras oficiales.

Navarro reiteró que ahora los miembros de la Ascode siembran yuca, pues es un tubérculo que requiere de pocos insumos y que puede dejarse en la tierra mucho tiempo para su posterior cosecha.

Aclaró que no es que los precios que se pagan por la yuca estén mejores que los del ñame, pues solo se les reconoce 8 dólares por quintal, pero el manejo es menos costoso y su consumo va en aumento, anualmente unos 4.4 kilogramos per cápita (9.7 libras).

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) la tolerancia de la yuca a las malas condiciones climatológicas, incluso a la sequía, la convierten en parte importante de las estrategias de adaptación al cambio climático.

Las raíces y tubérculos, como la yuca y el ñame, pueden ayudar a suplir la falta de alimentos en el mundo, donde se estima que entre 720 y 811 millones de personas se enfrentaron al hambre en 2020, de acuerdo con el organismo internacional en su reciente informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021”.

En Panamá, de continuar la baja en la producción y en el consumo de ñame, la yuca parece estar alistándose para tomarse el sancocho.

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