Quesos clandestinos: una amenaza a la salud y la economía panameña

Ciudad de Panamá/Aunque se trata de una leyenda urbana, en este caso a los roedores aparentemente sí les gusta el queso. La proliferación de queserías clandestinas en las provincias de Chiriquí, Veraguas, Herrera, Los Santos y Coclé, al igual que en las regiones de La Chorrera y Chepo, continúa atentando contra la salud de los consumidores y planteándole una dura batalla a los queseros que operan de manera legal.

Los quesos furtivos son vendidos en las vías públicas, areperas, tiendas, e incluso a domicilio sin ninguna verificación de parte de las autoridades de salud, que cuando hacen operativos en los establecimientos donde los fabrican solo decomisan el producto, pero no se llevan las tinas de plásticos que no cuentan con la más mínima medida sanitaria.

Nilo Murillo, presidente de la Asociación de Productores de Quesos y Lácteos de Panamá (Aproquelpa), no oculta su disgusto ante esta situación, afirmando que los queseros legales se sienten “ultrajados” y de manos atadas ante la opacidad de las autoridades.

El productor hizo un llamado al presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, para que tome cartas en el asunto, alegando que las queserías ilegales están vendiendo “bacterias” muy peligrosas, y de paso atentando contra el orden agropecuario.

De manera enfática, puntualizó que “quien no tenga registro sanitario sencillamente no debería poder vender queso”, toda vez que se trata de un producto que requiere de un manejo sanitario extremo para que pueda ser consumido de manera segura.

De manera enfática, puntualizó que “quien no tenga registro sanitario sencillamente no debería poder vender queso”, toda vez que se trata de un producto que requiere de un manejo sanitario extremo para que pueda ser consumido de manera segura.

Murillo va más allá al señalar que “malos” productores de leche son quienes les venden el lácteo a los queseros clandestinos, sin tomar en cuenta el daño que le están haciendo a la población.

Al respecto, los lecheros indican que este es un producto que está a libre oferta y demanda y que por eso lo venden en finca a quien quiera adquirirlo, aunque son conscientes de que en la mayoría de los casos desconocen el destino final que el comprador le dará al lácteo.

Pese a esta situación aclaran que están de acuerdo con que para la producción, proceso, importación y comercialización de queso en el territorio nacional se debe cumplir con todos los requisitos exigidos por la ley.

“Nunca estaremos de acuerdo con la fabricación y venta de queso clandestino, pero no tenemos la culpa del tratamiento que se le da a la materia prima que producimos y vendemos”, sostuvo Neris Deago, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Provincias Centrales (Aplepc).

Detalló que actualmente los productores de leche grado C, la que se utiliza para la fabricación de queso, reciben un pago de entre 36 a 38 centavos por litro, aunque en algunos casos 40 centavos, cantidad que cada vez más hace insostenible la actividad.

Detalló que actualmente los productores de leche grado C, la que se utiliza para la fabricación de queso, reciben un pago de entre 36 a 38 centavos por litro, aunque en algunos casos 40 centavos, cantidad que cada vez más hace insostenible la actividad.

Con un consumo per cápita de leche de unos 112 litros anuales, el presidente de la Aplepc manifestó que en los últimos años muchos productores han abandonado la producción de leche grado C, migrando hacia la producción de la grado B y A, buscando mejores réditos.

Desde enero a junio de 2017 a igual periodo de 2021 la producción y recepción de leche grado C a nivel industrial ha tenido un retroceso de 62%, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Ganaderos tabulados de información suministrada por las empresas Estrella Azul, Bonlac, Nevada, Prolacsa, Nestlé y Lavery Panamá.

En el país la producción de queso artesanal siempre ha estado huérfana de apoyo gubernamental, sufriendo su mayor impacto negativo del 2013 al 2018, cuando se dio una incontrolable importación de queso mozzarella, como resultado de que en el 2012 se dio una drástica rebaja arancelaria.

Mediante Decreto de Gabinete No.37 de 9 de octubre de 2012 el gobierno de Ricardo Martinelli redujo de 155% a 30% el arancel de importación de la leche evaporada, de 50% a 20% el de la leche en polvo y de 30% a 10% el del queso mozzarella, fluido y demás.

Para supuestamente tratar de corregir esta medida, en agosto de 2017 la administración de Juan Carlos Varela aprobó incrementar de 15% al 30% los aranceles de importación de lácteos, así como de la leche sucedánea y el queso mozzarella.

Las cifras oficiales indican que tan solo en el 2018 la importación de queso mozzarella rallado desde Estados Unidos fue de 1,105 toneladas, equivalentes aproximadamente a 8.8 millones de litros de leche grado C que ofrecían los productores locales.

En el marco del Tratado de Promoción Comercial entre Panamá y Estados Unidos la desgravación arancelaria del queso chedar y otros quesos comienza en el 2027 y 2028, respectivamente.

En el marco del Tratado de Promoción Comercial entre Panamá y Estados Unidos la desgravación arancelaria del queso chedar y otros quesos comienza en el 2027 y 2028, respectivamente.

Un vistazo a la actividad láctea entre las naciones centroamericanas indica que en el 2020 el comercio de leche y productos lácteos sumó 355 millones de dólares, un incremento de 7% respecto al año anterior, de acuerdo con CentralAmericaData.

La información añade que durante el año pasado el principal exportador de leche y productos lácteos a los países de Centroamérica continuó siendo Nicaragua con 158 millones de dólares, seguido de Costa Rica con 120 millones de dólares, El Salvador con 40 millones de dólares, Honduras 27 millones de dólares, Panamá con 10 millones de dólares y Guatemala con 900 mil dólares.

En el plano local, las 32 queserías pertenecientes a la Aproquelpa confían en seguir preservando la producción de queso artesanal, pese a que hay quienes, amparados en la ilegalidad, insisten en convertir en realidad una leyenda urbana.