Rompecabezas gigante, pasatiempo y reto

Santiago Sayas posa frente al rompecabezas "Vida Salvaje" compuesto de 33,600 piezas.
Santiago Sayas posa frente al rompecabezas "Vida Salvaje" compuesto de 33,600 piezas. / Cortesía Santiago Sayas

Paciencia, determinación, constancia, organización y apoyo familiar, son palabras claves a la hora de tomar el gran reto de armar un rompecabezas de tamaño colosal.

Aunque no es muy común encontrarse en Panamá con personas apasionadas por armar estos titanes, para Santiago Sayas, capitán de remolcador en el Canal, este es un pasatiempo que le deja gran satisfacción.

Residente en Colón, contó a TVN-2.com, que como todos los muchachos cuando están jóvenes, los padres intentan traerles juegos para desarrollarse y eso fue lo que hizo su mamá, que les llevaba rompecabezas, que inmediatamente se convertían en un reto.

Aunque sus dos hermanas los veían, pronto perdían el interés, pero para él siempre fue diferente.

“Yo quedaba enganchado allí y hasta que no terminara o lo tuviera puesto en algún lado mi mente no descansaba”, Santiago Sayas.

Poco a poco fue naciendo su afición y en principio comenzó con rompecabezas pequeños, después vendrían de mayor tamaño.

El rompecabezas La Última Cena de 13,200 piezas
El rompecabezas La Última Cena de 13,200 piezas / Cortesía Santiago Sayas

Recuerda que todo lo que armó en su infancia se perdió, porque cuando se es joven muchas veces no se tiene la facilidad para conservarlos.

Aunque hubo momentos en los que paró debido a sus estudios y otras actividades, luego retomó su pasión y fueron naciendo los grandes rompecabezas que se ofertaban en Internet.

Considera que estos rompecabezas gigantes comenzaron a ofrecerse en el mercado entre los años 90 y 2000, por lo menos para Panamá, aunque en otros países tuvieron acceso a ellos mucho antes.

Sayas se aventuró con uno llamado “Vida” de 3,000 piezas, luego con “La Última Cena” de 13,200 piezas y el más grande denominado “Vida Salvaje” de 33,600 piezas, que lo terminó el año pasado y le tomó dos años.

Al momento en que compró el de 33,600 piezas en el año 2017, ese era el segundo más grande del mundo. Explicó que entre el 2017 y 2021 salió a la venta uno de 42 mil piezas y luego uno de 50,000.

“Los fanáticos de esto siempre estamos buscando el reto más grande”, recalcó.

Aunque la mayoría de las personas le preguntan cuánto le toma armar un rompecabezas de gran tamaño, Sayas dijo que no se puede hablar en referencia de tiempo, porque a veces no se puede dedicar al 100%, dado que tiene otras actividades como su trabajo, familia y estudios de sus hijos.

“Uno le dedica el tiempo que puede, que para unos es más y para otros es menos”, reiteró.

Así las cosas, deja claro que es vital la paciencia, perseverancia y saber que, “pasito a pasito se verá la luz al final del camino”.

Para Sayas, este es un pasatiempo relajante y terapéutico. “Es el momento conmigo mismo, estoy armando, haciendo algo que me gusta, pensando y al final llego a una solución allí sentado. Cuando lo termino me deja algo bonito, de mucha satisfacción y un adorno único”.

El inmenso rompecabezas de unos cinco metros.
El inmenso rompecabezas de unos cinco metros. / Cortesía Santiago Sayas

Perfeccionando técnicas

Con los grandes rompecabezas no solo surgió la necesidad de perfeccionar las técnicas para armarlos, sino también para conservarlos.

Además, ha aprendido con los años a planificar el espacio para dedicarse a esta actividad, procurando que haya respeto y nadie esté tocando, debido a que en cualquier descuido se pierde una pieza y la labor se daña.

Sayas dijo que el rompecabezas de 3,000 piezas lo armó mientras estaba embarcado.

Para el de 13,000 piezas compró un vidrio del tamaño del rompecabezas, pensando usarlo para enmarcarlo, allí lo armó, pero un día, durante un juego los niños tropezaron y rompieron una parte del vidrio, lo que fue un indicio de que no era la forma más conveniente.

Sayas sobre el rompecabezas culminado y preparado para ser colgado sobre la pared.
Sayas sobre el rompecabezas culminado y preparado para ser colgado sobre la pared. / Cortesía Santiago Sayas

La experiencia le sirvió para el de 33,600 piezas y mandó a hacer una mesa plegable de madera, con marco para evitar que resbalaran las piezas. “Un rompecabezas te va enseñando y preparando para el próximo”.

Hace dos años atrás lo invitaron a participar de una competencia, pero hubo poca asistencia de aficionados y participantes. Le encantaría que en Panamá esta afición estuviera más organizada y aglutinara a los amantes de este pasatiempo.

Explicó que a nivel internacional existe una federación, que se dedica a hacer convivios a finales del año, donde se reúnen aficionados y entre todos arman un rompecabezas gigante.

También recibió un correo de esta federación, ya que Panamá no tiene representante, aunque no le dio seguimiento, es algo que tiene en mente a futuro.

¿Es el más grande en Panamá?

Hace varios años, el profesor de anatomía de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Panamá, Adalberto Alguero armó un rompecabezas de 24 mil piezas y le tomó casi un año, tal como reseña una nota del Diario La Prensa de 2010.

Alguero fue el primero en Centro y Suramérica en completarlo.

Aunque no hay mayores referencias de otras personas en el país, el que armó Sayas de 33,600 piezas sería el más grande en Panamá actualmente.

Indicó que hay una señora en México que armó el de 33,600 y el de 42,000, con la que ha mantenido comunicación por Facebook.

Por el momento, Sayas se ha tomado un descanso en este pasatiempo, pero está consciente de que el reto no se detiene. “En un momento probaré y lo más probable es que será un rompecabezas más grande”.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último
stats