Vacuna contra el COVID-19 dará tranquilidad, pero ¿cuándo volverá la normalidad?

Panamá aplicará las primeras dosis de vacuna a los adultos mayores y personal sanitario

La única manera de detener la propagación de la enfermedad es inmunizando al 90% de la población

A pesar de la llegada de una vacuna, algunas restricciones deberán mantenerse

Vacuna contra la COVID-19
Vacuna contra la COVID-19 / AFP
Urania Cecilia Molina - Corresponsal Digital
07 de diciembre 2020 - 06:01

Ciudad de Panamá/La llegada de una vacuna contra el virus SARS-CoV-2, seguramente el próximo mes de febrero, representa “una esperanza” en el esfuerzo que realizan las autoridades sanitarias para bajar los contagios y controlar la propagación de la COVID-19 en el país.

Sin embargo, aunque se presume que habrá acceso a cuatro vacunas, de nada servirá si no se cuenta con la cooperación de los grupos que deben aplicárselas para obtener la cobertura que puede ayudar a frenar la transmisión de una enfermedad altamente contagiosa.

Las vacunas y las enfermedades

La jefa del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), Itzel de Hewitt, explicó que la única manera de que las vacunas logren controlar la propagación de una enfermedad como el nuevo coronavirus es inmunizando a más del 90% de la población que conforman los grupos de riesgo con las dosis que necesitan para lograr su efectividad, porque en, por lo menos, dos de ellas se va a requerir una segunda aplicación.

Los grupos que se deben vacunar son los trabajadores de la salud, los adultos mayores de 60 años de edad, los pacientes con enfermedades crónicas, miembros de los estamentos de seguridad, aquellos cuyas labores los obliga a tener contacto con personas que proceden de otros países (Autoridad del Canal de Panamá, Aduana, Migración y el Aeropuerto Internacional de Tocumen), por mencionar algunos.

Panamá adquirió 3 millones de dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech
Panamá adquirió 3 millones de dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech / AFP

A diferencia de otras vacunas que se aplican en Panamá las que se usarán para prevenir la COVID-19 no incluyen a los niños menores de 12 años de edad, ni a las mujeres embarazadas, porque en ninguno de estos dos grupos se hicieron ensayos clínicos, explicó Hewitt.

Hewitt reiteró la importancia de aplicar las dos dosis de la vacuna a la población en riesgo para alcanzar la cobertura que garantizará la inmunidad. A modo de ejemplo explicó que si al país llegan unas 500 mil dosis de vacunas las tienen que dividir en dos grupos para vacunar dos veces a 250 mil personas. Según sea la vacuna deben hacerlo 21 o 28 días después.

Pasaría lo contrario si se aplica a más del 90% de la población en riesgo la primera dosis, pero no alcanzan la misma cobertura en la segunda vez que deben aplicarla, porque no se detendrá la circulación del virus y por ende no habrá ningún tipo de protección para la población.

Panamá también apuesta por la vacuna de AztraZeneca para inmunizar a la población.
Panamá también apuesta por la vacuna de AztraZeneca para inmunizar a la población. / AFP

Hewitt explicó que cuando un adulto mayor se aplica la vacuna protege a los más chicos de la familia con la que vive, es decir se produce la inmunidad de rebaño. Igual ocurre cuando un porcentaje alto de la población recibió el inmunizador, porque las vacunas actúan como un cerco que evita la propagación de la enfermedad, debido a que el virus no está circulando. "La vacuna te da la tranquilidad de poder movilizarte”.

De hecho, indicó que de las vacunas contra la COVID-19 solo una tiene una eficacia del 70%, las demás tienen un 90% de efectividad, lo que significa que tienes un 90% de posibilidades de no infectarte con el virus SARS-CoV-2.

Aunque el pasado mes de noviembre el Consejo de Gabinete autorizó al Ministerio de Salud, a través de la Resolución de Gabinete 93-20, a comprar, a nombre del país, 92 mil dosis de vacuna para prevenir la COVID-19 a la farmacéutica británica AstraZeneca/Oxford University, por un monto de 4.3 millones de dólares, esta no será la única que llegue a Panamá.

Hewitt explicó que además de la que desarrolló AstraZeneca, Panamá tendrá acceso a las vacunas de Pfizer y BionTech; Johnson & Johnson con su farmacéutica Janssen y tentativamente puede llegar otra a través de la Organización Panamericana de la Salud y el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19, también llamado COVAX.

El reto de las vacunas

La decana de la facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá, Rosa Buitrago, expresó que sin duda las vacunas constituyen el ejemplo de medicina preventiva por excelencia para aquellas enfermedades infecciosas en las cuales la ciencia logro incursionar, cambiando así la expectativa de vida de la humanidad.

En ese sentido, indicó que la poliomielitis y la viruela son ejemplos clásicos, mientras que entre los más recientes están el ébola y el virus de papiloma. El gran misterio es el virus de inmunodeficiencia humana para el cual pasaron décadas hasta que finalmente comienza a visualizarse la posibilidad de abordar la enfermedad por medio de la vacunación, aseguró.

Al referirse, particularmente a la COVID-19, Buitrago indicó que los esfuerzos puestos en marcha están dando resultados en tiempo récord y de hecho ya se dispone de varias opciones que estarán llegando al mercado en muy poco tiempo.

Moderna se dispara más de un 20 % en la bolsa tras el anuncio sobre su vacuna
Moderna se dispara más de un 20 % en la bolsa tras el anuncio sobre su vacuna / EFE

Agregó que si bien la vacunación contra esta enfermedad plantea una esperanza para la humanidad, los retos que surgen a la par son numerosos, porque se afirma que el umbral para alcanzar la inmunidad de rebaño es un 70% como mínimo, pero toda la población no podrá vacunarse de manera simultánea.

En este contexto, expresó que los grupos de la población que recibirán primero las vacunas (personal sanitario, mayores de 60 años de edad, pacientes con comorbilidades) podrían representar cerca del 20% de la población, cifra muy lejana al umbral de la inmunidad de rebaño.

La vacunación al personal de salud es importante para que puedan atender todos los casos que lleguen y el sistema no colapse. De igual forma los pacientes mayores de 60 años de edad y con comorbilidades no estarían llegando a los hospitales por estar protegidos, "pero ellos no son los únicos que se enferman y fallecen", sentenció la decana de la facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá.

Agregó que entonces surgen las siguientes dudas: ¿Cuánto tiempo habrá pasado hasta que se vacune el resto de la población (con la excepción de niños menores de 12 años y embarazadas) ?, ¿El ritmo de vacunación de todos los países será el mismo?, ¿Cómo impactará esto la movilización internacional?

Basado en estas premisas, Buitrago, consideró que es previsible que el mundo que conocíamos antes de esta pandemia no logre retomarse sino hasta bastante avanzado el próximo 2021 o quizás 2022, lo que sugiere que el lavado de manos, el distanciamiento físico y el uso de mascarillas, así como muchas de las restricciones conocidas deberán mantenerse hasta entonces.

Sobre la efectividad de las vacunas expresó que las que logran aprobación para su aplicación a la población cumplieron con “estrictos parámetros y criterios de calidad”, los cuales permiten verificar su eficacia y seguridad, pero su uso a gran escala en la población requiere un proceso de vigilancia que deberá ser implementado por las autoridades de salud.

Buitrago indicó que el reto que enfrenta el mundo ante la vacunación por la COVID-19 es el mayor conocido en esta área (vacunación) hasta el momento, precisamente por la cantidad de personas a vacunar simultáneamente y durante muchos meses, el gran número de vacunas diferentes que serán utilizados y el seguimiento de vigilancia postvacunación.

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