La educación musical desafiada por los efectos del COVID-19

Los docentes tuvieron que sobreponerse a desafíos en esta nueva manera de hacer su trabajo; muchos tuvieron que aprender a usar la tecnología de videoconferencias por primera vez.

Para mejorar la educación musical en Panamá hace falta crear conciencia colectiva para enfocarse en los procesos de aprendizaje y el desarrollo de las artes.

Red de Orquestas y Coros Juveniles de Panamá.
Red de Orquestas y Coros Juveniles de Panamá. / Dino Nugent
Edgar Enrique Figueroa - Periodista
24 de abril 2021 - 07:39

Durante la pandemia del COVID-19 muchos dudaron que se podría aprender una disciplina artística en el ámbito de la música como a ejecutar un instrumento o cantar en un coro, más cuando se requiere del contacto directo con un instructor o maestro.

Esas dudas fueron despejadas inmediatamente con el uso de la tecnología, la cual fue la aliada para muchas profesiones que se alinearon con distintas herramientas para no dejar de aprender.

Este es el caso de la educación musical en Panamá, tuvo que ingeniárselas para mantenerse a flote y superar obstáculos que parecían imposibles.

Panamá cuenta con talento para enseñar y hacer música en todos los niveles, por tal razón sus formadores fueron los protagonistas para no dejar de cultivar semillas de artistas que en un futuro se convertirán en ese relevo generacional.

La nueva normalidad de la educación pareció no ser un impedimento para la enseñanza de la educación musical, pero si generó grandes desafíos, al menos, así lo plantea Dino Nugent, director de la Red de Orquestas y Coros Juveniles de Panamá, un programa que viene de años liderado por el Ministerio de Cultura en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La pandemia planteó algunos desafíos que prontamente fueron superados, sin embargo, hoy en día, ya está establecida como una alternativa bastante viable para la enseñanza musical, además de las tradicionales clases presenciales, dijo Nugent.

Los docentes tuvieron que sobreponerse a lo intimidante que puede ser abordar esta nueva manera de hacer su trabajo; muchos tuvieron que aprender a usar la tecnología de videoconferencias por primera vez. Para los estudiantes fue igual, con el agravante de los problemas de conectividad por mala señal o no tener data, la falta de un equipo apropiado o incluso lo inadecuado del entorno en el cual reciben las clases”, plantea el director musical.

Los retos de la música a distancia

El contacto directo con el alumno definitivamente fue un reto, porque a veces es difícil hacer correcciones verbalmente; es más fácil y más rápido demostrar visualmente la manera correcta, explica Nugent. “Esto puedo implicar tener que mover la cámara o cambiar de posición para mostrar lo que se quiere ilustrar".

En otros casos, el profesor solo tiene que acomodarle la mano o la embocadura al estudiante sobre el instrumento, pero esto es imposible hacerlo “a distancia”, aclaró el maestro. Según el experto, el alumno tiene que mirar y tratar de copiar lo que hace el profesor a través de la pantalla de una computadora o un dispositivo móvil en tal caso, añade.

Los profesores de música, en general, han seguido impartiendo clases a distancia, pero los músicos ejecutantes de las diversas agrupaciones musicales existentes en el país no han podido trabajar de manera continua en más de un año. Ocasionalmente, algunos habrán participado en uno u otro proyecto creados por el Ministerio de Cultura y otras pocas iniciativas privadas, aclara Nugent.

Para el profesor de música de la Universidad de Panamá, Eliezer Sarmiento, uno de los principales retos de impartir clases en la Universidad de Panamá es transmitir y desarrollar la información del plan de estudio en los estudiantes. “Es una realidad que en nuestro país las instituciones educativas no estaban preparadas para un cambio tan rápido en nuestra enseñanza, ya que por lo general el estudiantado se encuentra con múltiples obstáculos tanto económicos como tecnológicos”, aporta Sarmiento.

Para el profesor, no hay duda que la tecnología es una herramienta poderosa para reducir tiempo y tener acceso a toda la información necesaria, pero, abandonar un aula de clase ha sido muy complicado para todos, esto quiere decir: docentes y estudiantes.

Clases presenciales.
Clases presenciales. / Dino Nugent

Soy consciente que la tecnología nos permite entregar experiencias de aprendizaje que enriquece el proceso de enseñanza, lo que podremos complementar a futuro con lo presencial, pero estar horas frente a una computadora sin tener un contacto físico con tus estudiantes es agotador, estar encerrados es difícil para todos, por lo cual debe existir consideración con los estudiantes proporcionándole una información clara y concisa, ya que hay materias prácticas en donde el docente debe estar la mayor parte del tiempo con el estudiante para lograr un mejor desempeño”, detalla Sarmiento.

El docente, considera que para mejorar la educación musical en Panamá hace falta crear conciencia colectiva para enfocarse en los procesos de aprendizaje y el desarrollo de las artes. “Desde mi punto de vista es complicado, pero no imposible mejorar la educación musical a nivel superior. Siempre he pensado que el principal problema de la educación musical radica en nuestros inicios, la educación primaria. Si hacemos énfasis en niños y maestros de esta área tendremos un mejor resultado en los siguientes niveles educativos”, sustenta Sarmiento.

El docente enfatiza que introducir procesos musicales de forma curricular en el sistema educativo y fortalecer los extracurriculares debería ser uno de los enfoques primordiales en Panamá, para así lograr expandir por medio de la educación artística, la cultura, los valores, los sentimientos y la forma de actuar ante la sociedad.

Las voces que llevan la armonía musical

La experiencia para enseñar y aprender a cantar es otra de las facetas de la rama que tiene sus altos y bajos durante esta pandemia, explica la maestra de canto y directora coral, Ana Patricia Lombardo.

Lombardo asegura que en principio fue complicado enseñar técnicas vocales por medio de las plataformas digitales, y considera que se puede lograr los mismos resultados en cuanto a la calidad vocal, a diferencia de la ejecución de un instrumento, que muchas veces requiere la estricta supervisión presencial de un maestro.

En un inicio sentí algo de temor al impartir clases virtuales de canto y montaje de piezas corales, sin embargo, me ha sorprendido grandemente el nivel de concentración que los alumnos ponen en práctica en cada clase”, dijo Lombardo.

La docente cree que, las clases virtuales versus las presenciales en tema de canto tienen los mismos resultados musicales, no obstante, una de las debilidades que implica la virtualidad es la falta de contacto físico que involucra la parte emocional, ya que como docente buscan un impacto social en cada estudiante, se involucran en su diario vivir, y por ende en sus emociones.

Para la estudiante Isabella Simpson de 7 años, de la Cantoría Infantil de Aguadulce aprender música ha sido una experiencia sin precedentes. “En mi primer curso de cantoría creí que iba a ser más difícil, mi maestra me dio lecciones de respiración, aprendí las notas Do-Re-Mi-Fa-Sol-La- Si, y pude prestar atención a los sonidos con el piano. Me gustaría regresar a las clases presenciales, porque no hay nada más bonito que escuchar la música en vivo”, expresa Simpson.

La Sinfónica Nacional inició conciertos presenciales

La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), retomó sus presentaciones presenciales con una magistral presentación gratuita, denominada "Festival de Beethoven", en homenaje al gran compositor Ludwig Van Beethoven el pasado 21 de abril.

El concierto contó con la mitad del aforo en el Teatro Nacional bajo todas las medidas de bioseguridad exigidas por el Ministerio de Salud.

Jorge Ledezma Bradley, director de la OSN, fue el encargado de dirigir el programa, que incluyó piezas de Johann Sebastián y Ludwig Van Beethoven y donde también se hizo acompañar en el violín por la solista Arlene Magallón.

Para Ledezma Bradley, "Beethoven fue uno de los grandes de su época y uno de los más importantes de manera que su música perdura hasta nuestros días. Recordó que el año pasado se cumplieron 250 años de su nacimiento, pero no se pudo realizar ninguna celebración por las razones de la pandemia del COVID-19".

El último concierto presencial de la Orquesta Sinfónica Nacional ocurrió el pasado 18 de febrero de 2020 en el Teatro Balboa. Desde entonces, este colectivo musical trasladó su talento a las redes sociales del Ministerio de Cultura, donde se han transmitido 80 presentaciones.

Datos de la Red Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Panamá

La Red de Orquestas y Coros Juveniles de Panamá inicia en Panamá con el impulso del antes Instituto Nacional de Cultura en 2016. Al igual que muchos países alrededor del mundo, el país requería de la creación de un programa de educación musical de alcance nacional que coadyuvara, principalmente, en la formación integral de infantes y jóvenes mediante el aprendizaje y la práctica del canto coral o la ejecución de un instrumento musical.

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