¿Cómo explican las autoridades el cambio de medicamentos para hipertensos en la CSS?

Medicinas en Panamá

Los datos indican que en 2019 murieron 1,667 personas por ataques cerebrovasculares y 1, 623 por padecimientos isquémicos del corazón.

CSS extiende vigencia de ficha durante este febrero
Sede administrativa de la Caja de Seguro Social (CSS). / TVN Noticias
Urania Molina - Corresponsal digital
02 de julio 2021 - 06:49

Ciudad de Panamá/Esta es la segunda vez en los últimos cuatro años que la Caja de Seguro Social (CSS) toma medidas que implican cambios en la dotación de medicamentos para pacientes con hipertensión arterial. La primera vez fue el pasado 2018 con Lisinopril y aunque el medicamento regresó a los anaqueles de las farmacias de la institución la demanda es muy baja.

Las enfermedades cardiovasculares e isquémicas del corazón, antes de la pandemia de la COVID-19, se encontraban entre las cinco primeras causas de muerte en el país. Los datos indican que en 2019 murieron 1,667 personas por ataques cerebrovasculares y 1, 623 por padecimientos isquémicos del corazón.

El presidente de la Asociación de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica y Familiares, Alexander Pineda, se quejó ayer de que de las autoridades de la Caja de Seguro Social (CSS) toman decisiones que colocan a los pacientes en situaciones que comparó con los altibajos de subirse a una “montaña rusa”.

Pineda sostuvo que la sensación de miedo que provoca la velocidad que se le imprime a su recorrido es el mismo que sienten los pacientes cuando, por una decisión de las autoridades de la CSS, caen en un estado de zozobra, porque desconocen que implica la medida y los efectos que puede tener en el control de su enfermedad.

Con la actitud crítica ante medidas que afecten a los pacientes, Pineda, indicó que, en estos momentos, una vorágine de sentimientos y pensamientos de preocupación deben experimentar, en estos momentos, los pacientes con hipertensión arterial que utilizan medicamentos como el Peridopril e Irbesartán, luego de que las autoridades de la CSS anunciaron que restringirán su prescripción sólo a médicos especialistas.

Cambios en la circular

El pasado martes la CSS publicó una circular en la cual dio a conocer la intención de regular la utilización de ambos medicamentos, lo que provocó el malestar en la población que los utilizaba, pero 24 horas después decidieron ampliar la medida para permitir que todos los pacientes puedan hacerse su evaluación.

La nota interna dejaba claro que los únicos médicos que estaban autorizados para prescribir los medicamentos Perindopril e Irbesartán eran los especialistas en cardiología, medicina interna, geriatría, medicina familiar, nefrología, así como todos cuya formación comenzó con medicina interna.

Esta decisión, ahora, está acompañada de un lapso de seis meses prorrogables para que el paciente logre una evaluación de alguna de las especialidades arriba mencionadas, es producto de una recomendación del Pleno de la Comisión Institucional de Farmacoterapia.

Según el director ejecutivo nacional de los Servicios de Prestaciones en Salud, Alex González, la institución cuenta con 21 opciones de medicamentos para controlar la hipertensión arterial, pero el 80% utiliza Amlodipina, Perindopril e Irbesartán.

Mientras, la presidenta de la Comisión de Farmacoterapia de la CSS, María Teresa Donderis de Carrión, en un análisis un poco más detallado habló sobre la diferencia que existe entre el costo de los diferentes productos para tratar la hipertensión arterial.

Además, indicó que el Irbesartán solo debe usarse como reemplazo de otro medicamento cuando el paciente presenta intolerancia al primero que le recetó, por ejemplo, si hubo una reacción en la utilización de los fármacos de la primera línea a los que corresponden los miembros de la familia de IECas, el cual se puede reemplazar por uno del grupo conocido como ARA II

Planteó además, la funcionaria, que el Perindopril solo lo usarán en el manejo de los pacientes con hipertensión con comorbilidades, como anginas, post infarto del miocardio, accidente cerebrovascular, falla cardíaca, entre otros.

Pineda expresó que “el error, el cual no deben pagar los pacientes” tiene su génesis en los últimos años de la década de 2010 cuando en su momento las autoridades de la CSS dejaron de comprar lisinopril de 20mg.

El retiro de este medicamento afectó a unos 115 mil pacientes que, al igual que ahora, se vieron en la necesidad de buscar atención médica para que le reemplazaran su tratamiento.

Según Pineda, cuando esto ocurrió, la institución contaba con una considerable cantidad de los medicamentos que ahora quieren regular y permitieron a los médicos recetarlos libremente, a pesar de que eran más costosos.

La CSS ya cuenta con el Lisinopril, pero una fuente cercana a la entidad, informó que la utilización de este medicamento cayó, a raíz del incidente del pasado 2018, a un punto en que si acaso un tercio de la población asegurada con padecimiento de hipertensión arterial la está utilizando.

Además, explicó Pineda, los servicios de atención de la CSS estaban funcionando, mientras hoy las especialidades no funcionan normalmente y para llegar al consultorio de un médico pueden pasar hasta más de seis meses.

La COVID-19 es una amenaza real para los pacientes con fallas cardíacas
La COVID-19 es una amenaza real para los pacientes con fallas cardíacas / Pixabay

No obstante, no es la única falla que le atribuye a esta medida, porque aseguró que en la CSS no existe un protocolo que indique cuales son los primeros medicamentos que se le deben prescribir a una persona que padece de hipertensión arterial, por lo que pueden recetar de segunda y tercera línea.

La posición del vocero de los pacientes con insuficiencia renal crónica se mantiene, a pesar, de que de acuerdo a notas de la CSS en la primera línea de prescripción están los medicamentos de la familia IECas y en segundo los llamados ARA II.

El paciente no sabe realmente tratar su problema de hipertensión porque le están cambiando las líneas de tratamiento y mientras el cuerpo se adapta a cada uno, en vez de ayudar lo puede perjudicar”, sostuvo Pineda.

Medicamentos sin alertas sanitarias

La decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá, Rosa Buitrago, cree que esta decisión no fue provocada por alertas en el sistema de farmacovigilancia.

Creo que ha sido tomada sobre la base del uso racional de medicamentos (en este caso en hipertensión) que incluye temas de costo beneficio. Existen otros Inhibidores de la Enzima convertidora de Angiotensina (IECA) con eficacia comparable a Perindopril y de menor costo”.

Mientras, en el caso del Irbesartán, bloqueador de receptores de angiotensina II, se prefiere reservar su uso para aquellos pacientes que presentan intolerancia a los IECA.

Los pacientes deben seguir las indicaciones para continuar su terapia. No deben suspender sus medicamentos para poder mantener el control de su enfermedad, dijo la decana.

Por su lado, la directora de Farmacia y Drogas del Ministerio de Salud, Elvia Lau, expresó que la CSS tiene autonomía para decidir qué fármacos de los que tienen permiso sanitario otorgado por la dirección que ella preside adquiere y utiliza.

En este aspecto, recordó que la entidad cuenta con una Comisión de Medicamentos y Farmacoterapia que son los encargados de regular la utilización de estos medicamentos a lo interno, así como establecer los protocolos de tratamiento y restricciones en los casos que consideren para el mejor uso de los insumos de la institución.

Edificio de la Contraloría General de la República.
Edificio de la Contraloría General de la República. / TVN Noticias

Muertes por enfermedades cardiovasculares y del corazón, antes de la Pandemia

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República mantiene a los eventos cerebrovasculares y a las enfermedades isquémicas del corazón entre las principales causas de muerte de los panameños, antes de la llegada de la COVID-19.

Los datos periodísticos de 2019 dieron cuenta de que se registraron 3,290 defunciones por males relacionados con la hipertensión arterial de los cuales 1,667 fueron a causa de ataques cerebrovasculares y 1, 623 por padecimientos isquémicos del corazón.

Mientras, un año antes 2018, las cifras del INEC revelaron que 3 mil 589 personas murieron a consecuencia de ataques cerebrovasculares y enfermedades isquémicas del corazón, de las cuales 2,066 eran varones y 1,523 mujeres.

El mayor número de muertes ocurrieron en la provincia de Panamá con 1,475, seguido de Chiriquí con 497 y Panamá Oeste 462.

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