Barcelona sabía que lo tenía difícil, sabía no que sería fácil, e indudablemente que no podía cometer errores típicos en la zaga, los cuales se habían asomado en el equipo que dirige Luis Enrique.

En la primera mitad y con una jugada característica del ganador de Champions League, Liga de España y Copa Del Rey del pasado año, finalizó en gol de Leo Messi, cosa que daba esperanza a la fanaticada culé, que previo a eso había dejado de creer en la remontada por lo cerrado que había salido el Bilbao.

Sin embargo una expulsión en el segundo tiempo del central Gerard Piqué, condicionó el compromiso y todo fue cuesta arriba para el Barcelona.

Aritz Aduriz nuevamente  se metió en el marcador,  luego de una increíble tapada de Claudio Bravo aprovechó el rebote para colocar el definitivo 1-1 y dejar sin sueño a los fanáticos del equipo que ya debe comenzar a olvidar el sexteto.

Aduriz marcó 4 goles al Barcelona en solo dos partidos y se quedó con el premio al mejor jugador de la final.