Británico Whitlock oro en suelo, brasileños Hypolito y Mariano completan el podio

Emociones en la gimnasia masculina

Diego Hypolito (i) , Max Whitlock (c)  y Arthur Mariano (d)
Diego Hypolito (i) , Max Whitlock (c) y Arthur Mariano (d) / Getty Images
Afp
14 de agosto 2016 - 13:40

El gimnasta británico Max Whitlock conquistó este domingo el oro olímpico en la final de suelo, que acabó convirtiéndose en una fiesta brasileña gracias al doblete histórico de Diego Hypolito, plata, y de Arthur Mariano, bronce en un desenlace apasionante.

La gran estrella de la gimnasia mundial, el japonés Kohei Uchimura, no pudo defender su subcampeonato de Londres al realizar un ejercicio por debajo de su nivel, donde se le vio cansado y dolorido de la espalda.

'King Kohei' acabó en quinta posición, pero se va de los Juegos de Rio con su leyenda aumentada por el oro conseguido con el equipo japonés y la reconquista del título individual logrado hace cuatro años.

En la primera diagonal aterrizó fuera de la zona permitida del tapiz, un exceso desconocido para este genio de la precisión. Tampoco fue exacto en la siguiente, aunque recurrió a la serenidad y autocontrol que han construido su leyenda para reconducir el ejercicio y acabarlo con una nota de 15.333.

A esas alturas, ya se sabía que no sería campeón y tenía casi imposible revalidar su plata de hace cuatro años.

Mientras salía del tapiz agotado, la hinchada brasileña enloquecía con la entrada en escena de Diego Hypolito, uno de sus gimnastas más queridos y campeón mundial de suelo en 2005 y 2007. Cuando terminó el ejercicio que le daría una plata histórica (15.500), Uchimura ya era segundo.

Y bajaría a la tercera plaza cuando llegó el futuro campeón. El inglés Whitlock realizó un ejercicio casi impecable, logrando la misma calificación que Hypolito pero con una mejor calificación en la ejecución, lo que le acabó dando el triunfo.

Pero la fiesta de los anfitriones no había terminado y mientras el veterano brasileño veía pasar emocionado al resto de los ocho competidores sin moverse de la segunda plaza, apareció el joven Arthur Mariano con un ejercicio excelente y se encaramó a la tercera plaza.

Con el Hypolito llorando en el banco al ver acercarse una medalla que le llegó con 30 años y en el momento más inesperado de una carrera llena de altibajos y Mariano hecho un ovillo en el suelo, sin querer ver el último ejercicio del estadounidense Samuel Mikulak, la Arena Olímpica llegó al éxtasis. Por primera vez en su historia, Brasil tenía a dos de sus gimnastas en el podio de unos Juegos.

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