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La casa está en orden en los Juegos Panamericanos Toronto-2015, con Estados Unidos llamando a la puerta del liderato y Cuba en el podio cuando este martes arranque la natación y se despida el judo pero los locales se están encargando de seguir azuzando las llamas de la sorpresa.
El sueño canadiense está más vivo que nunca: aspira a desbancar a Estados Unidos del primer puesto y, de momento, casi le dobla en oros con 22 medallas por las 12 de sus vecinos.
La historia dice que si alguien puede hacerlo es el país anfitrión, que ya se coronó en Buenos Aires-1951 y La Habana-1991 como únicos ejemplos.
Pero no será fácil. Estados Unidos camina despacio pero avanza con firmeza: tres oros el sábado, cuatro el domingo y cinco el lunes. Y este martes arranca la natación, donde su botín puede multiplicarse rápidamente.
Cuba, por su parte, ya es tercera, y dio un paso importante hacia su objetivo de mantener el segundo lugar, que logró en Cali-1971 y que no soltó desde entonces, con la excepción de La Habana-1991, donde se permitió incluso el lujo de arrebatarle la cabeza del medallero a los estadounidenses.
Cuba ha despertado de su letargo inicial, con el canotaje como su principal baza, con seis oros en estos primeros días, a la espera de la lucha, donde Mijaín López es el monarca mundial, el triple salto, con Pedro Pablo Pichardo como estrella de la justa, o el boxeo.
Y una sorpresa mayúscula: la presea dorada en clavados sincronizados desde la plataforma de 10 metros de la pareja formada por Jeinkler Aguirre y José Antonio Guerra, que ayudó a silenciar, sólo en parte, los ecos del fracaso en judo.
Cuba plantó a tres judokas en las finales el lunes y acabó la jornada con tres platas, contra todo pronóstico, pero podrá redimirse el martes cuando la competencia dice adiós a Toronto.