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Una sequía acabará en la Final del Campeonato Nacional de Béisbol Juvenil
Los Santos y Herrera tratarán de sentir una alegría que no experimentan desde hace mucho tiempo
La Serie Final del XLVIII Campeonato Nacional de Béisbol Juvenil, entre Herrera y Los Santos, no solo coronará a un nuevo campeón en esa categoría sino que será el fin de una sequía de títulos.
Herrera ganó el título juvenil en los años 1971, 1973 y 1974, por lo que su última conquista fue hace 43 años.
En los dos primeros años, 1971 y 1973, el equipo herrerano tuvo el mejor récord con registros de cuatro victorias y una derrota y seis triunfos y una pérdida, respectivamente. En aquel tiempo los torneos juveniles se jugaban con formato de todos contra todos y a una vuelta. En 1971 compitieron seis equipos y en 1973 participaron ocho.
En 1974, los herreranos ganaron una ronda final con récord de 5-0, en la que el equipo de la provincia de Panamá resultó ser el subcampeón.
Su última participación en una final fue en el año 2016 cuando perdió en cinco encuentros ante Panamá Metro.
Los Santos logró coronarse en la pelota nacional juvenil en los años 1975, 1976, 1977, 1983 y 1984, por lo tanto tiene 33 años si ser campeón en esa categoría.
En 1975, los santeños ganaron el torneo de forma invicta al no conocer la derrota en ocho partidos; en ese año el certamen se disputó entre nueve equipos a una sola vuelta.
En 1976 se retomó el formato de una etapa regular y una ronda final; Los Santos se llevó los máximos honores al terminar la etapa final con registro de 6-0; Chiriquí fue el subcampeón aquella vez. En 1977 repitió la hazaña y el subcampeón fue Panamá Oeste.
En 1983 Los Santos venció en la serie final a Chiriquí, por récord de cuatro ganados y dos perdidos, para obtener su cuarta coron juvenil. En 1984 se impuso en la Final a Herrera, también por foja de 4-2.
Su última presentación en una final fue en el año 2015, cuando perdió ante Panamá Metro en seis juegos.
Ahora, en una época distinta ambos conjuntos se vuelven a enfrentar con un objetivo común; acabar con la sequía de coronas juveniles que, cada uno, ha tenido por más de un cuarto de siglo.
