El césped, nueva preocupación para el Mundial de Rusia 2018

Los organizadores tienen un nuevo desafío por el mal estado de la grama

El césped tiene preocupados a los organizadores.
El césped tiene preocupados a los organizadores.
Afp
12 de junio 2017 - 09:18

El nuevo estadio de San Petersburgo, cuyos costes de construcción han sido faraónicos, debía ser la vitrina de Rusia en la próxima Copa de las Confederaciones, el preludio del Mundial-2018, pero el mal estado del césped es más un motivo de preocupación que de orgullo.

Las autoridades ya han tenido que cambiar el césped a menos de un mes para el partido inaugural de la Copa de las Confederaciones, que comenzará el 17 de junio con un Rusia-Nueva Zelanda, debido a que el primero que se instaló se degradó rápidamente.

La construcción del Zenit Arena, comenzada en 2007, ha conocido muchos problemas y el proyecto se tuvo que modificar varias veces, lo que ha provocado que el costo del recinto, que tendrá una capacidad para 68.000 espectadores, haya alcanzado finalmente los 41.700 millones de rublos, unos 672 millones de euros.

En agosto pasado, la empresa responsable de los trabajos lanzó incluso la toalla y fue sustituida sobre la marcha por otra que se comprometió a entregar el estadio antes de finales de 2016.

Fue el último de los episodios de una larga saga de gastos disparatados, plazos incumplidos y escándalos por corrupción que han rodeado a la organización del Mundial.

"Debíamos recibir un estadio de cuento de hadas, el mejor del mundo, en un Estado ideal", resume el opositor Alexeï Navalny en un video en el que relata su investigación sobre la construcción del estadio.

"Han robado dinero", denuncia en el video difundido en internet, cifrando en "al menos 500 millones de euros" el monto que podría haber sido desviado por los responsables rusos.

En 2016, el antiguo vicegobernador de San Petersburgo, Marat Oganessian, encargado de suministrar el marcador del estadio, fue detenido como sospechoso de haber desviado más de 50 millones de rublos (unos 800.000 euros).

Para Rusia, la Confederaciones es una especie de ensayo general para lo que será dentro de un año la Copa del Mundo y, sobre todo, para evaluar las infraestructuras deportivas de cara a la cita del año próximo.

Sin embargo, los desafíos siguen siendo muchos, entre ellos el estado lamentable del césped en varios estadios, sobre todo en San Petersburgo, donde una parte del terreno de juego carece de pasto.

- Problemas de estabilidad -

Además de los problemas relacionados con el césped, también se detectó una falta de estabilidad del terreno retráctil, poniendo en duda que el recinto pudiese albergar partidos de la Confederaciones.

Tras dos encuentros disputados por el Zenit de San Petersburgo, las autoridades prefirieron celebrar los partidos en otro estadio, el de Petrovsky, para "conservar el césped".

El ingeniero jefe del Zenit Arena, Konstantin Kremlinski, acusó en una entrevista al diario RBK a la empresa encargada del terreno de juego de haber preparado mal el césped y que la hierba colocada por la sociedad Bamard sufría de hongos y moho.

Por su lado, un representante de Bamard afirmó a la AFP que la empresa cumplió su parte de contrato y recordó que la FIFA aprobó el estado del césped cuando se presentó el estadio.

Los problemas llegaron más tarde, precisó el representante, "quizás cuando en primavera las condiciones no permitieron mantener el césped normalmente".

De hecho, la primavera de 2017 en Rusia fue particularmente fría y larga.

- Un clima inhóspito -

Pero no solo el estadio de San Petersburgo es motivo de duras críticas.

En marzo, el entrenador del Mánchester United José Mourinho criticó el estado del terreno de juego de Rostov antes de un partido de la Europa League.

"Me resulta difícil creer que vayamos a jugar en este campo, si es que a esto se le puede llamar campo", criticó el siempre ácido Mourinho.

En respuesta, la liga rusa cerró el estadio durante dos semanas para dar tiempo a que mejorase el césped.

Para Boulat Litvinov, director comercial del Kazan Arena, otro estadio del Mundial-2018 y de la Copa de las Confederaciones-2017, el clima inhóspito de Rusia y el calendario de su campeonato nacional, que se prolonga hasta el invierno, son el origen de los males.

"Hablemos claramente: el clima en Rusia no favorece el cultivo de un césped natural", declaró Litvinov a la AFP.

"Y el calendario de la liga rusa tampoco es el más práctico, porque se programan partidos a principios de diciembre con temperaturas por debajo de cero grados y nieve", añadió.

El estadio de San Petersburgo también fue el centro de una reciente polémica después de que la propia FIFA admitiese que en las obras de construcción habían trabajado obreros ilegales procedentes de Corea del Norte.

Interrogado por la AFP, el director general de Comité de Organización del Mundial Alexei Sorokin, minimizó el problema, asegurando que las condiciones de trabajo de estos inmigrantes "no eran muy diferentes de las de los otros trabajadores".

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