Río volverá a encender una llama cargada de dudas para los Juegos Paralímpicos

Antonio Lanaribo , ex triatleta y profesor de Ingeniería Biomédica durante el relevo de la antorcha paralímpica en Park City doña Sarah Kubitschek.
Antonio Lanaribo , ex triatleta y profesor de Ingeniería Biomédica durante el relevo de la antorcha paralímpica en Park City doña Sarah Kubitschek. / Igo Estrela/Getty Images
Jessica Lopez
03 de septiembre 2016 - 13:02

Río de Janeiro/Abran paso a los Paralímpicos! Tres semanas después del fin de los Juegos Olímpicos, la llama volverá a arder en Rio el 7 de septiembre para los XV Juegos Paralímpicos de verano, los primeros en Sudamérica, que se presentan como un desafío financiero en busca del fervor popular.

Con la resaca de la aventura olímpica y en plena crisis política y económica, la Cidade Maravilhosa recibirá hasta el 18 de septiembre a más de 4.300 deportistas discapacitados procedentes de 161 naciones, todos listos para luchar en los estadios para hacer olvidar sus minusvalías.

Fútbol para ciegos, atletismo, rugby y voleibol en silla de ruedas, natación, esgrima o equitación: 22 deportes forman parte del programa de esta edición, dos más que hace cuatro años, con la entrada del canotaje y el triatlón. Y, por primera vez, la competición contará con un equipo de refugiados compuesto por un atleta iraní y un nadador sirio.

En 2012, Gran Bretaña, cuna del paralimpismo, puso el nivel muy alto organizando en su capital unos Juegos récord y sin fallos, con competiciones disputadas ante el ánimo del público y las entradas casi agotadas.

Pero la estrella indiscutible de Londres -además del preferido por el público y los medios- no estará en Rio: el corredor sudafricano Oscar Pistorius está en prisión por el asesinato en 2013 de su novia Reeva Steenkamp.

- Arcas vacías -

En Rio, las dificultades se acumulan. En pleno periodo de destitución de su presidenta, Dilma Rousseff, Brasil tardó mucho en apasionarse por sus Juegos y tampoco se anuncia un gran interés para la cita paralímpica.

Además, las arcas están vacías. Para paliar los gastos imprevistos durante los Juegos (reparaciones en los apartamentos de los atletas, limpieza de la piscina que se hizo verde...), el Comité Olímpico Internacional (COI) echó mano del presupuesto global de Rio-2016. Pero los ingresos no permitieron reducir el déficit, especialmente por la débil venta de entradas para los Paralímpicos y la falta de patrocinadores.

Este viernes, apenas 1,4 millón de entradas habían sido vendidas sobre un total de 2,5 millones, una cifra en "clara progresión", según informó a la AFP el Comité Paralímpico Internacional (CPI).

Ante la falta de fondos que amenazaba la participación de los países más pobres, la ciudad de Rio se ofreció gastar 150 millones de reales (unos 46 millones de dólares) suplementarios y el gobierno brasileño otros 100 (USD 30,7 millones) a través de patrocinios de empresas públicas.

Sumas importantes pero insuficientes para el presidente del Comité organizador, que denunció una "situación inédita" y adelantó recortes en el presupuesto: ceremonias de apertura y clausura más modestas, servicios de transporte reducidos o instalaciones polivalentes para reducir los gastos de funcionamiento.

Otro duro golpe fue la sanción a la poderosa Rusia, segunda en Londres, debido al gran escándalo de dopaje de Estado, que quedó excluida de la competición, en una decisión calificada de "fuera de toda justicia, moral y humanidad" por el presidente del país, Vladimir Putin.

- 'Catalizador' -

No se puede dudar, sin embargo, de las ambiciones de los más de 4.300 atletas llenos de motivación, que han aguardado durante cuatro años para ver de cerca al Cristo del Corcovado y disfrutar por fin de la atención de la prensa mundial.

Estos Juegos serán los del "rendimiento deportivo", estimó Philip Craven, presidente del CPI, para quien el evento puede ser el "catalizador" de un cambio en Brasil y Latinoamérica para las personas discapacitadas.

China, que se apoderó de la competición en 2012 con 231 medallas, entre ellas 95 de oro, podría imponerse de nuevo, mientras que la batalla por las plazas de honor la disputarán Gran Bretaña, Estados Unidos, Ucrania y Brasil, el país organizador, que cuenta con 285 atletas y apunta a la quinta plaza del medallero.

Antes de llegar el miércoles al mítico estadio de Maracaná, la llama, cargada por 700 relevistas, atravesará cinco ciudades brasileñas, cada una simbolizando un valor paralímpico: Brasilia la igualdad, Belén la determinación, Natal la inspiración, Joinville la valentía y Sao Paulo la capacidad de adaptación.

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