Se agrava la crisis en Río de Janeiro, funcionarios no cobrarán sus salarios

Un grupo de manifestantes protesta frente a la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Brasil) hoy, jueves 10 de noviembre de 2016, contra la decisión del Gobierno de Brasil, de suspender los subsidios con los que se ayudaba a pagar el alquiler a personas de escasos recursos.
Un grupo de manifestantes protesta frente a la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Brasil) hoy, jueves 10 de noviembre de 2016, contra la decisión del Gobierno de Brasil, de suspender los subsidios. / EFE
10 de noviembre 2016 - 15:35

La crisis que llevó al estado brasileño de Río de Janeiro a declarar un cuadro de "calamidad" se agravó hoy con un nuevo bloqueo en sus cuentas por deudas impagadas y con el anuncio de que los funcionarios no podrán cobrar sus salarios pendientes hasta mediados de mes.

El Gobierno central de Brasil anunció hoy el bloqueo de más de 140 millones de reales (unos 42 millones de dólares) de las cuentas del tesoro de Río de Janeiro, lo que eleva a unos 94 millones de dólares la cantidad bloqueada en esta semana.

El motivo es el impago de las deudas de la administración local con el Estado, que el pasado junio, en vísperas de los Juegos Olímpicos, declaró una situación de "calamidad financiera" para recibir fondos estatales y afrontar sus compromisos.

El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), adelantó que los bloqueos de las cuentas obligarán a retrasar el pago de los salarios pendientes de los funcionarios hasta el próximo día 16.

El funcionario anunció la pasada semana un severo plan de ajuste que incluye recortes en gasto social, en salarios de los empleados públicos y en cultura, con el objetivo de equilibrar las cuentas.

Los retrasos en el pago de sueldos y el plan de austeridad desataron hoy una nueva protesta, que transcurrió sin incidentes, en el centro de Río.

El martes, miles de empleados públicos, en su mayoría policías, bomberos y agentes penitenciarios, se movilizaron frente a la sede de la Asamblea Legislativa.

Cientos de manifestantes asaltaron la Asamblea, la ocuparon durante un par de horas y provocaron graves destrozos en su interior.

El presidente de la Asamblea, Jorge Picciani, denunció que la ocupación fue "un crimen y una afrenta al estado democrático de derecho sin precedentes en la historia política de Brasil".

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