La crisis de libre comercio y el poco empuje político lastran el pacto UE-Mercosur

La crisis del multilateralismo, con la competencia entre Estados Unidos y China de fondo, y el menor empuje de los actuales líderes de la UE y el Mercosur explican las dificultades para sacar adelante el acuerdo entre estos dos últimos bloques, según los analistas.
La crisis del multilateralismo, con la competencia entre Estados Unidos y China de fondo, y el menor empuje de los actuales líderes de la UE y el Mercosur explican las dificultades para sacar adelante el acuerdo entre estos dos últimos bloques, según los analistas. / EFE
Efe
17 de noviembre 2020 - 12:01

La crisis del multilateralismo, con la competencia entre Estados Unidos y China de fondo, y el menor empuje de los actuales líderes de la UE y el Mercosur explican las dificultades para sacar adelante el acuerdo entre estos dos últimos bloques, según los analistas.

El pacto entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), cerrado en 2019 tras veinte años de negociaciones, debe aún ratificarse, aunque Francia, Holanda y Austria, críticos con la política ambiental brasileña, amenazan con rechazarlo.

El contexto internacional no ayuda a superar los escollos en un momento "malo para el libre comercio", como apunta a Efe Anna Ayuso, experta del Barcelona Centre for International Affairs (Cidob).

El sistema multilateral que representa la Organización Mundial del Comercio ha sido duramente cuestionado por EEUU durante la presidencia de Donald Trump, en medio de su tendencia al proteccionismo y el repliegue de los países, que puede acentuarse por la crisis del coronavirus.

Posturas proteccionistas

Ayuso considera que en la UE se ha manifestado "un tipo de proteccionismo que se ampara en la protección del medio ambiente", concretamente de la Amazonía brasileña.

Argumenta que el acuerdo UE-Mercosur ya refleja el compromiso por cumplir el Acuerdo de París contra el cambio climático, a lo que puede añadirse un anexo que establezca mecanismos de seguimiento, como exigen los ecologistas.

"América Latina mantiene esa ventana de oportunidad (a favor del tratado)" y "Europa no puede permitirse" echarse atrás, asegura la especialista.

No solo por una cuestión de imagen o por defender el multilateralismo, sino también porque a la UE le permitiría estrechar lazos en una región donde EEUU mantiene una fuerte influencia y China "se está comiendo gran parte del pastel".

Competencia comercial

Para el profesor emérito de Economía y Finanzas de la escuela de negocios Esade Roberto Tornabell, China ganará posiciones si la UE se "retira" del Mercosur, lo que también puede beneficiar a otros competidores de Asia-Pacífico como la India o Indonesia.

"En el mundo, solo queda América Latina como gran proveedor agropecuario", subraya Tornabell, que cree que detrás de las reticencias de países como Francia se esconde el deseo de proteger a sus agricultores de las importaciones de productos agropecuarios, por lo que propone conceder compensaciones a quienes salgan perjudicados.

El académico defiende los últimos acuerdos comerciales firmados por la UE con países como Japón o Canadá, en contraposición con las tensiones que han supuesto los aranceles impuestos por Washington a productos europeos a raíz del contencioso Boeing-Airbus y las duras negociaciones del Brexit.

Debilidad de los socios

Al debilitamiento del sistema multilateral se suma el de la propia UE por sus fracturas internas y su menor relación con EEUU, según el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay, Ignacio Bartesaghi.

Recuerda que el acuerdo entre la UE y Mercosur estuvo impulsado por los "intereses geopolíticos" de ambos lados, aunque ahora adolece de falta de liderazgo.

Si los expresidentes Mauricio Macri (Argentina) y Michel Temer (Brasil) avanzaron con el fin de abrir nuevos mercados tras la anterior crisis económica, sus sucesores en el cargo, Alberto Fernández y Jair Bolsonaro, no lo han visto igual.

Argentina, con serios problemas económicos, ha optado por estrechar sus vínculos con China en los últimos años y Brasil acaba de firmar nuevos acuerdos de facilitación del comercio con EEUU, mientras sigue destinando un tercio de sus exportaciones al mercado chino.

Bartesaghi también echa en falta un liderazgo europeo ahora que la canciller alemana, Angela Merkel, "está de salida" y el mandatario francés, Emmanuel Macron, se ve sometido a "presiones internas".

Visión a largo plazo

El acuerdo, más allá de cuestiones económicas o estándares, obedece -a su juicio- a "una apuesta geopolítica de gran diferencial respecto a EEUU y China" en un contexto de fuerte competencia.

Bartesaghi matiza que "el mundo cambió tres veces en veinte años y los beneficios del pacto en los que se pensó no tienen que ver con los impactos de ahora".

Según el analista, su entrada en vigor supondría un salto en cooperación, generaría buenas prácticas, mejoraría la imagen del Mercosur asociándolo a Europa y brindaría a la UE un instrumento para avanzar en inversiones y políticas a medio y largo plazo.

El investigador de la Universidad de Buenos Aires Damián Paikin resalta que el pacto es, para el Mercosur, "una oportunidad de volver a ubicarse en el eje atlántico", tras años de creciente influencia china en la región.

Precisa que el coronavirus ha motivado una fuerte caída del comercio interregional y una dependencia aún mayor de China, que se ha recuperado y continúa importando soja argentina y brasileña.

"El cambio global parece estar bastante claro: o se logra un acuerdo entre potencias de la UE y EEUU donde los demás actores puedan participar, o se desarrollarán otras alternativas como el modelo que plantea China", apunta Paikin.

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