Cubanos sienten que su vida no mejora, pese a deshielo con EEUU

Un auto clásico estadounidense pasa frente a carteles que dicen "Viva Cuba libre" en La Habana, Cuba, el martes 16 de junio de 2015.
Un auto clásico estadounidense pasa frente a carteles que dicen "Viva Cuba libre" en La Habana, Cuba, el martes 16 de junio de 2015. / AP
Afp
17 de junio 2015 - 11:45

Raúl Osvaldo Echavarría siente que su vida no ha mejorado tras la histórica reconciliación entre Estados Unidos y Cuba anunciada hace seis meses, aunque transportó en su convertible Cadillac 1954 a la cantante Rihanna por las calles de La Habana.

"Rihanna se portó muy bien", dice Echavarría, quien se gana la vida paseando turistas en un enorme y bien conservado Cadillac blanco que le compró un hijo que reside en Francia.

Si bien un asistente de Rihanna le dejó 50 dólares de propina tras el paseo (a fines de mayo), Echavarría afirma que no ha recibido los beneficios que se suponía que llegarían con el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, anunciado el 17 de diciembre por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

"No hemos visto nada todavía", se lamenta este electricista jubilado de 69 años, quien pasa largas horas cada día afuera del Hotel Meliá Cohíba a la caza de clientes.

Muchos cubanos creían que el deshielo con el viejo enemigo de la Guerra Fría desataría una avalancha de visitantes "yumas" (estadounidenses), lo que estimularía la alicaída economía cubana, que aún no se recupera plenamente de la crisis de los años 90.

Si bien el turismo ha crecido este año en 15% y la llegada de estadounidenses en 35%, los beneficios no llegan a todos.

En virtud del embargo, Washington prohíbe a sus ciudadanos visitar Cuba, pero Obama flexibilizó en enero los viajes en 12 categorías, principalmente por motivos religiosos, artísticos y deportivos.

Aunque varias empresas estadounidenses, incluidas aerolíneas y compañías navieras, han manifestado su interés de operar en Cuba, ningún proyecto se ha materializado todavía, dado que el proceso de normalización marcha lento y sigue vigente el embargo norteamericano sobre la isla comunista.

Ambos países se aprestan a restablecer relaciones diplomáticas en breve, pero el fin del embargo puede tardar, pues debe decidirlo el Congreso, dominado por los republicanos.

Pese a las demoras y obstáculos pendientes, prácticamente todos los cubanos valoran en forma positiva el histórico paso dado por Obama y Raúl Castro.

"Los cambios, los anuncios y el 'tempo' de los mismos responden a una lógica de cautela y suspicacia. Como ciudadano noto cierta lentitud y resistencia que no ayuda a consolidar la voluntad de las naciones y sus pueblos", dice a AFP el analista Jorge de Armas, de Cuban Americans for Engagement, de Miami.

"Seguimos igualitos"

La vida tampoco ha mejorado para Renato Águila, quien recorre las calles vendiendo "chiviricos", hojuelas hechas con harina y azúcar, que vende a un peso cubano (cuatro centavos de dólar).

"La venta está más o menos floja, hay que caminar mucho", indica Águila, quien anda unas siete horas al día cargando una bandeja con los "chiviricos" que elabora.

Algo similar siente Zacarías, músico del grupo Don Habanero, que vive de las propinas de los turistas en bares donde tocan.

"Hay un deshielo (con Washington), pero realmente para nosotros la vida sigue igual. Seguimos igualitos que antes", dice este percusionista, mientras sus demás compañeros asienten.

En cambio Pedro Pastoriza, quien capta clientes para los carruajes con caballo que pasean turistas en La Habana Vieja, siente que el acercamiento ha tenido un impacto favorable.

"En otros años en esta época (de temporada baja) había mayor baja turística", dice, explicando que espera que la demanda se dispare una vez que se reanude el servicio de ferrys desde Miami, suspendido hace medio siglo.

"Se dice que en septiembre van a empezar a llegar los ferrys. Ojalá sea así", señala Pastoriza.

Obama también aumentó los montos permitidos para las remesas a Cuba, lo que tuvo impacto directo en quienes reciben dinero de familiares en Estados Unidos, aunque difícil de dimensionar.

La flexibilización de los viajes facilitó la llegada esta semana de atletas de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), que competirán con deportistas locales.

"Cuba se está abriendo un poco, es solo un poco, pero es definitivamente un buen cambio", indica Vic Woun (lanzamiento del martillo).

"Nunca pensé en venir a Cuba, ésta es una oportunidad increíble", dice Karrington Acosa (velocista).

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