Obama viaja a la APEC tras culminar acuerdo del TPP y con disputas con China

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Obama / AFP
Efe
12 de noviembre 2015 - 07:54

La asistencia del presidente estadounidense, Barack Obama, a la cumbre de la APEC en Filipinas se produce poco después del cierre del ambicioso Acuerdo Comercial Transpacífico (TPP) y con las crecientes tensiones regionales con China por las disputas sobre el Mar de China Meridional.

La APEC tiene un claro foco económico, por lo que la reciente aprobación del TPP, que incluye a EE.UU. y once países de la cuenca del Pacífico y del que China no forma parte, supondrá uno de los elementos claves a tratar en la agenda de los líderes.

El acuerdo forma parte del "giro hacia Asia" impulsado por el presidente Obama, con el objetivo de reforzar la presencia de EE.UU. en esta región de creciente peso económico.

Obama ha defendido el TPP como "histórico" ya que servirá de "patrón" para futuros pactos y será un modelo de integración comercial.

De fondo, no obstante, se dibuja el pulso geopolítico entre EE.UU. y China, las dos grandes economías mundiales, en la región asiática.

El TPP fue acordado por EE.UU. y Japón junto con Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, y debe ser ratificado por sus respectivos parlamentos.

Mientras que el foro APEC está integrado por esos doce, a los que se suman las economías de China, Corea del Sur, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Rusia, Tailandia y Taiwán.

Precisamente, las tensiones y disputas territoriales sobre el Mar de China Meridional serán a buen seguro parte de las discusiones y reuniones, pese a no formar parte de la agenda del encuentro de Manila del 18 y 19 de noviembre.

En las últimas semanas, EE.UU. y sus aliados han criticado que China esté redoblando sus operaciones y construcciones en islas en disputa, como las Nansha/Spratly, que Filipinas reclama, y han denunciado que Pekín lleva a cabo una política abusiva en esas aguas del Pacífico, con la construcción de territorios insulares artificiales.

En una inesperada visita a un portaaviones estadounidense en el mar de China Meridional que navegaba por aguas de Malasia, al sur de las islas en disputa, el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, señaló la pasada semana que existe "mucha preocupación sobre el comportamiento de China".

El jefe del Pentágono aseguró entonces que "muchos países en la región están viniendo a EEUU a pedirnos que trabajemos más con ellos de modo que podamos mantener la paz aquí".

"Esta es una región que ha disfrutado de estabilidad por un largo periodo de tiempo. Sería una pena que la gente los arruinase, y no espero que eso ocurra", agregó en la cubierta del portaaviones, en una visita que consideró un "símbolo" de la implicación de EE.UU.

De todo ello tendrá tiempo Obama para hablar con el presidente chino Xi Jinping, que ha confirmado su asistencia a la cumbre.

Pero además de Asia, las conversaciones tendrán calado global.

A Manila viajará el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en lugar del presidente Vladímir Putin, cuya reciente decisión de iniciar ataques en Siria ha despertado los recelos de Washington, que acusa a Moscú de querer apoyar al presidente sirio, Bachar al Asad.

En un paso más de este complicado puzzle en el que se ha convertido el conflicto sirio y la presencia del Estado Islámico (EI), un avión ruso se estrelló el 31 de octubre pasado en la península del Sinaí en Egipto, con 224 personas a bordo, en un accidente que la inteligencia de EE.UU. y del Reino Unido han apuntado la posibilidad de que sea un atentado del grupo yihadista.

Según el Kremlin, la ausencia de Putin en la cumbre de Manila no afectará a sus contactos con los líderes extranjeros. "Varias reuniones serán sustituidas con conversaciones telefónicas y otras no habían sido acordadas de manera definitiva", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

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