Manzanas argentinas atrapadas en los campos por altos costos y menos mercados

Jorge Braccio cultiva manzanas en la Patagonia y como muchos pequeños productores optó por dejar parte de la fruta en los árboles debido a los costos internos en dólares y la pérdida de mercados extranjeros.

"Quedó mucha fruta sin cosechar en el verano pasado porque se perdieron muchos mercados. El ruso se suspendió por la devaluación del rublo, el brasileño por cuestiones sanitarias, primero, y también por la devaluación del real", se lamenta Braccio, un arquitecto argentino que ayuda a su padre en la granja familiar de 18 hectáreas al norte de la Patagonia.

La situación no es exclusiva de los Braccio.

"Quedó aproximadamente un 20% de las manzanas sin cosechar. Por los altos costos, los precios no justificaban la cosecha", dijo a la AFP Héctor Zubeldía, de la Cámara de Frutihorticultores Integrados (CAFI) .

Desde la provincia de Río Negro (sur), cuya economía se basa en la producción de frutas, Zubeldía desmiente que Argentina haya comenzado a importar manzanas desde Chile, como trascendió la semana pasada en la prensa local. "Sería una muy mala señal", indicó Zubeldía.

Del total de 50.000 hectáreas implantadas con manzanas y peras en el país sudamericano, 85% están en Río Negro (sur) y otro 15% restante está en la petrolera provincia Neuquén (sudoeste), ambas vecinas.

Tanto en peras como en manzanas, la mayor parte de la producción va a exportación, sea en fruta fresca o en industrializada en jugos. Sólo el 15% de peras y el 22% de manzanas se destina al mercado interno.

Por la caída de los mercados internacionales, las cámaras de frío están saturadas y los exportadores reducen sus compras.

"Somos cada vez menos los pequeños productores, porque si no es rentable no se puede afrontar los costos de mantener la chacra", dice Braccio.

Además del bajo precio que cobra 1.50 pesos por kilo ($0.16), 20 veces menos que en las fruterías de Buenos Aires -- el productor se queja de los impuestos del 5% sobre las exportaciones que rige en Argentina.

Apunta a costos laborales altos con salarios que aumentan por la inflación, a raíz de negociaciones colectivas que por ley deben respetar todos los sectores productivos argentinos.

El productor también mencionó entre los obstáculos "el atraso cambiario", en referencia al pago de los insumos a precios valuados con el dólar paralelo (15,00 pesos por dólar), mientras que cobra las ventas al exterior al cambio oficial (un dólar = 9,25 pesos).

Menos volumen, más calidad

En un año con marcado aumento de la producción mundial, el panorama afecta también a grandes empresas como Expofrut Argentina, la mayor exportadora frutihortícola del país que pertenece al grupo multinacional Univeg.

Productora y exportadora, que emplea 1.800 trabajadores y llega a 6.000 en temporada, Expofrut le compra a terceros la mitad de lo que exporta.

Pero ante la caída de los mercados, Expofrut estudia para la temporada 2015/2016 reducir en 30.000 toneladas sus compras de frutas, dijo Fernando Oris de Roa, asesor de Univeg.

Según la empresa, en 2008 llegó a exportar desde la región 124.700 toneladas de frutas y hortalizas, pero en 2014/2015, las ventas alcanzaron las 43.000 toneladas, con una caída de 65% en siete años.

"Venimos de un año muy exigente y no vemos en el exterior un apetito por altos volúmenes de fruta para la temporada que se avecina, aunque sí existe una demanda por calidad", admitió Oris de Roa al diario provincial Rio Negro.

Pasión por las frutas

Argentina produce 1,8 millones de toneladas de peras y manzanas, 50% de cada fruta, y participa con el 20% de la producción mundial, según la CAFI.

En manzanas, pelea con Sudáfrica por el tercer lugar detrás de Chile y Brasil en productores del hemisferio sur, que compiten para ganar los mercados del norte.

Con un promedio anual de exportaciones de 460.000 toneladas, Argentina es la primera exportadora de peras frescas del hemisferio sur, mientras que con 280.000 toneladas al año es la quinta exportadora de manzanas a nivel mundial.