París repasa al hombre sensual en la Semana de la Moda
El hombre sensual de Lanvin y el viaje en el tiempo de Agnès B y de Paul Smith cerraron el domingo la semana de la moda de París para el hombre, antes de que mañana se lance la pasarela de la Alta Costura.
Lanvin apostó por la sensualidad en una colección muy cuidada en los detalles, con camisas estampadas estilo "patchwork", telas pintadas a mano, abrigos de pelo con detalles en metal y cuero y, sobre todo, rica en accesorios.
Los modelos desfilaron cargados de largas cadenas que se dejan ver por debajo de las camisas, que se llevarán abiertas hasta el ombligo según las propuestas de Lanvin y brazaletes trenzados alrededor de la muñeca.
La firma, que vive un momento de inestabilidad en su línea femenina desde que el pasado diciembre pusiera fin al contrato de Alber Elbaz, terminando con una de las alianzas más duraderas del mundo de la moda, disfruta en cambio del lujo de contar con el alemán Lucas Ossendrijver en la colección de hombre.
"Quería reflejar hombres maduros, con carácter, no quiero rebeldes, lo que me interesan son los sentimientos", aseguró Ossendrijver a Efe tras el desfile.
El diseñador contó que el trabajo de estos seis últimos meses no ha sido retrospectivo sino que se ha trabajado en la investigación de la creación de las prendas: ese saber hacer artesanal que distingue a la marca.
Juego de volúmenes con pantalones amplios que combinan con delicadas rebecas o jerséis de lana de merino, acompañaron a blusas estampadas, cargadas de brocados que se superponen entre sí.
Ossendrijver solo ha recuperado para esta colección su icónico modelo de zapatillas deportivas aunque esta vez pintadas a la mano en efecto "tie-dye".
También tuvo unas palabras para Elbaz al final del desfile, a quien describió como la persona que le "abrió las puertas de Lanvin".
"Hemos estado juntos en este viaje durante diez años", dijo el creador al ser preguntado sobre su relación con Elbaz.
"Me envió un mensaje antes del desfile para desearme suerte, pero bueno, tenemos que seguir adelante, esto no es solo una empresa, son personas quienes visten nuestro trabajo, así que tenemos que seguir adelante", añadió.
Paul Smith sacó color a la pasarela con un claro aire retro: pantalones acampanados acompañan camisas y jerséis de estampados geométricos y psicodélicos, o tejanos combinados con cardigans de lana.
Un look muy afortunado para todos los amantes de los años 70 que quieran rescatar del armario abrigos de color en borrego y chaquetas de cuadros, o incluso cosiendo a los vaqueros parches de colores.
A pesar del color y el "mix & match" por el que apostó la firma, el resultado es elegante y hasta discreto, aunque la magia estuvo en la combinación.
Los zapatos, muy clásicos, se llevarán marrones en piel, en modelo botines o mocasín pero siempre que sea posible luciendo el calcetín que debe ser llamativo y de color.
Parisino, artístico y misterioso, así es el hombre que viste Agnès B, que simplificó los estilismos con prendas lisas coronadas por sombreros y gorras.
Uno de los modelos atípicos a los que recurre la diseñadora, un hombre de edad media, inauguró el desfile vistiendo camisa blanca y chaleco de cuero, junto a una paleta de pintura.
También vestidos de época, varios diseños parecían más bien sacados no de otra década, sino de siglos pasados, con levitas y sombreros de tres picos.
Pero, ante todo, Agnès B dejó claro esta vez que su marca es heterogénea y se adapta a todos los gustos, por lo que también hubo lugar para el hombre deportivo, con estilismos reservados directamente a los aficionados al esquí: abrigos de nieve en tejido impermeable con estampados discretos, amplios pantalones y botas deportivas.
Así se cerró la semana de la moda de hombre que dejó lugar inmediatamente a los desfiles más lujosos del mundo de la moda, los de Alta Costura.
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