Fidel Castro, el líder admirado, odiado e incomprendido

Vista de la Ciudad de Santiago de Cuba, lugar donde reposarán los restos de Fidel Castro.
Vista de la Ciudad de Santiago de Cuba, lugar donde reposarán los restos de Fidel Castro. / Carlos H. González

Para hablar de la Cuba de Fidel Castro hay que visitar la isla, recorrerla y conversar con su gente. Basta con llegar al aeropuerto internacional José Martí de La Habana para darnos cuenta que hemos retrocedido en el tiempo. Sin embargo este país alejado de los adelantos de las grandes metrópolis del mundo, lejos de desagradar. Agrada, atrae y enamora.

Esta nación de gente emprendedora, soñadora y vivaracha que siempre anda en el juego de “qué hay pa’ mí” es el legado que deja Fidel Castro, 57 años después del triunfo de su revolución que terminó con la dictadura de Fulgencio Batista en enero de 1959.

Hay que reconocer que el gran valor del líder de la revolución cubana es su capacidad de resistencia. Algo que transmitió al pueblo de Cuba y mucho de los cuales que aún siguen en la isla caribeña lo viven cada día. Castro se enfrentó a su vecino, el “Coloso del Norte” y a través de desafíos y estrategias políticas pudo resistir de todo, manteniéndose firme en el poder por 49 años.

La Cuba del barbudo Castro será recordada por la salud, la educación, el deporte y la cultura, sin embargo para los opositores al régimen estos principios no son suficientes cuando en el país no hay libertad de ningún tipo.

Amanecer en La Habana, capital de Cuba.
Amanecer en La Habana, capital de Cuba. / Carlos H. González

La falta de libertad es otro legado que para un sector de cubanos deja Castro. Un país donde no hay libertad de prensa, libertad económica, donde se violan los derechos humanos fundamentales y hay una gran cantidad de presos políticos en sus cárceles.

“El comandante” a lo largo de su mandato debió enfrentar el temible embargo norteamericano. Una acción perversa que solo puede ser defendida por quienes no sienten ningún respeto por la vida de los demás. Una medida que aisló por completo al pueblo de Cuba y lo ha privado del desarrollo, pero que también nos deja una gran duda: ¿Cómo sería la Cuba de Fidel, sino hubiese tenido que jugársela con el embargo? Una pregunta de la cual nunca tendremos su respuesta, pues Fidel ha partido de este mundo terrenal.

¿Acaso aislar a los demás porque piensan diferente a mí? No es también violar los derechos humanos. En esta perspectiva entonces la Cuba de Fidel ha sido víctima de su líder, de su vecino “el tío Sam” y del mundo que ha guardado un silencio cómplice.

Resumiendo todo lo anterior que he venido diciendo, puedo concluir que Fidel Castro fue un líder admirado, odiado e incomprendido.

Admirado por muchos otros líderes y gobernantes del mundo que vieron en su tenacidad y ejemplo de lucha una inspiración para poner sus ideales por encima de las presiones internacionales que dirigen las grandes potencias. Admirado por estudiantes y revolucionarios en todo el mundo quienes creen firmemente que el que persevera alcanza y cuando se logra el objetivo se debe resistir.

Vista de la Sierra Maestra en Santiago de Cuba (al fondo), lugar donde Fidel Castro y un rebeldes iniciaron la revolución.
Vista de la Sierra Maestra en Santiago de Cuba (al fondo), lugar donde Fidel Castro y un rebeldes iniciaron la revolución. / Carlos H. González

Fidel Castro también será odiado, porque según sus detractores mintió luego del triunfo de la revolución, impuso una dictadura donde acabó con la libertad política y los opositores. Además se le señala por haber perseguido y encarcelado a todo aquel que se atreviera a desafiarlo.

Incomprendido “El comandante” ya que sus ideas de socialismo nunca fueron bien vistas por el resto del mundo, gracias a que Estados Unidos las satanizó, le hizo la guerra y encarceló a los cubanos que se quedaron en la isla, privándolos de poder jugar en el mundo de la economía próspera. Siendo así, nunca comprenderemos si el modelo de Fidel hubiese sido éxitoso o no.

En lo personal, que la historia se encargue de juzgar a Fidel Castro. Ni el socialismo, ni el capitalismo han sido capaces de acabar con los problemas de la humanidad y en ambos sistemas somos testigos de la desigualdad social.

En medio de todo esto, me quedó con las reflexiones de José “Pepe” Mujica - un líder que su momento se sintió inspirado por las ideas de Fidel Castro y que tomó las armas para meterse en el periplo de las guerrillas – quien aseguró que no se trata ni de derecha, ni de izquierda, sino de la humanidad y de la gente.

Muchas gracias por leerme y espero sus comentarios.

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