Matrimonio igualitario: cuando la ideología aplasta la humanidad

Defensoría del Pueblo  respaldará decisión de la CIDH sobre matrimonio igualitario
Defensoría del Pueblo respaldará decisión de la CIDH sobre matrimonio igualitario

Pretender ser diferente en un mundo cargado de prejuicios absurdos es lo peor que le puede pasar a cualquier ser humano sobre el planeta. Pensar distinto al vecino, cuando unos cuantos han definido la línea de pensamiento, es estar muerto en vida. Esto describe una sociedad, donde la ideología aplasta la humanidad y que Panamá no escapa a ese comportamiento; cuando de matrimonio igualitario se habla.

Recientemente la Corte Interamericana de los Derechos Humanos dio a conocer una hermosa pieza que plasma el respeto por el derecho humano de aquellas personas que pagan impuestos y contribuyen al desarrollo nacional, pero que son excluidos tan solo porque son homosexuales, lesbianas o transexuales.

En medio de este amplio debate que Panamá se resiste a discutir y donde las ideologías de corte religioso y la cobardía política han logrado imponerse; surge la pregunta: ¿Acaso por ser homosexual se le puede prohibir a una persona enamorarse y formar una familia?

Ante el cuestionamiento que cada lector debe responder individualmente; yo creo que no debemos coartar la libertad de los seres humanos para elegir. Los defensores de los derechos homosexuales han sido claros en que no desean vestirse de blanco y jurarse amor eterno ante un altar. Lo único que piden es un marco legal que les permita formalizar su unión. ¿Qué le impide al Estado panameño conceder este derecho? La falta de voluntad política para gobernar también para las minorías y no solamente para las mayorías.

Ser comunista, ser homosexual, ser derechista, ser evangélico, católico, ateo o cualquier otra definición, tan solo sirve para etiquetarnos y volvernos infelices.

No importa si eres homosexual. La humanidad debe estar por encima de eso y los derechos que tiene un heterosexual también debe tenerlos aquella persona que tan solo es diferente, pero que es humano como cualquier otro sobre la faz de la tierra.

Creo que si Jesús volviera, entre sus seguidores habrían varios homosexuales que serían aceptados como iguales en el círculo cercano del Maestro.

Jesús defendería el derecho a la igualdad y a la vida de aquellas personas que piensan y son diferentes. Por esa razón seguramente sería crucificado nuevamente por aquellos que hoy ponen las ideologías por encima de la humanidad.

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