Australianos dijeron 'sí' al matrimonio igualitario

El resultado constituye un hito histórico para los simpatizantes de la causa del matrimonio igualitario tras más de una década de campaña política.

Foto ilustrativa: un ciudadano levanta la bandera gay
Foto ilustrativa: un ciudadano levanta la bandera gay. / AFP
Afp
14 de noviembre 2017 - 21:48

Una mayoría de australianos se pronunciaron a favor del matrimonio homosexual en una encuesta postal cuyos resultados se publicaron este miércoles, una iniciativa informal que deberá pasar por el Parlamento para convertirse en ley.

Cerca del 62% de los 12,7 millones de personas que respondieron por correo al sondeo se pronunciaron a favor de permitir casarse a personas del mismo sexo, indicó la Oficina de estadísticas australiana en una rueda de prensa en Canberra. El "no" obtuvo un 38,4%.

Casi el 80% de los australianos habilitados para votar en una consulta legal participaron en la encuesta, precisó el jefe de la oficina de estadísticas Davis Kalisch. "Los australianos pueden ahora confiar en que estas estadísticas reflejan el punto de vista de la población electoral", dijo.

Para que las parejas de un mismo sexo puedan casarse, el Parlamento deberá adoptar una legislación que apruebe el matrimonio igualitario.

Miles de simpatizantes de esa causa estallaron de júbilo en actos festivos organizados en toda Australia cuando el resultado fue anunciado.

"Esto significa todo, esto significa todo" repitió Chris, conteniendo apenas sus lágrimas y abrazando a su pareja Victor en un acto celebrado en Sydney.

"Sí al amor"

El primer ministro Malcolm Turnbull, un conservador moderado que respaldó la legislación, consideró que el resultado favorable al "sí" constituye un aval "avasallante" al matrimonio igualitario.

"Los australianos se pronunciaron por millones y votaron masivamente a favor del sí a la igualdad matrimonial", dijo Turnbull a la prensa en Canberra. "Votaron sí a la igualdad, sí al compromiso, sí al amor".

El legislador reafirmó que su gobierno intentará ahora obtener la aprobación de una ley para cambiar las leyes de matrimonio antes de Navidad.

Turnbull defendió la legitimidad de la consulta y dijo que confía en la posibilidad de empujar el tema en las cámaras hacia un "voto de conciencia" en el que los legisladores no se vean obligados a votar por disciplina partidaria.

Sin embargo, su iniciativa deberá primero imponerse ante los sectores más conservadores de su propia coalición de gobierno, que reclaman enmiendas para garantizar la "libertad religiosa".

Ello incluiría por ejemplo permitir que prestatarios de servicios comerciales puedan rechazar atender bodas de personas del mismo sexo, o que los padres puedan retirar a sus hijos de escuelas que atenten contra sus tradiciones.

Turnbull y el partido laborista opositor respaldaron un proyecto de ley más sencillo destinado a legalizar el matrimonio gay y manteniendo el derecho de las instituciones religiosas a rechazar oficiar casamientos de personas del mismo sexo si su credo se opone a esa práctica. Se anticipa que el proyecto de ley sea presentado en el Senado este jueves.

Respaldo en ambas cámaras

Una encuesta de la Australian Broadcasting Corporation publicado el martes determinó que el 72% de la Cámara de Representantes respalda cambiar las leyes de matrimonio y que en el Senado un 69% aprueba los cambios.

El resultado del miércoles constituye un hito histórico para los simpatizantes de la causa del matrimonio igualitario tras más de una década de campaña política y dos meses de una consulta postal que puso en evidencia profundas divisiones en la sociedad australiana sobre el tema.

Los partidarios del "sí" deploraron que los homosexuales y sus familiares fuesen objeto de "expresiones de odio", mientras que los simpatizantes del "no" se quejaron de ser acusados de intolerantes por no respaldar la iniciativa.

Desde antes de que se difundieran las papeletas para participar en la encuesta a partir de septiembre pasado, el debate se tensó con carteles que proclamaban "alto a los maricones" en el centro de Melbourne, o volantes que describían a la homosexualidad como un "camino de muerte" distribuidos en el metro de Sydney. Ello generó una ola de reprobación en el resto de la opinión y obligó al gobierno a poner restricciones en materia de propaganda electoral sobre el tema.

Desde antes de la publicación de los resultados de la encuesta postal, los conservadores hicieron saber que seguirán reclamando enmiendas a la eventual legislación de matrimonio homosexual, que según ellos atentará contra sus derechos de libertad de expresión y de culto.

"Si gana el 'si' haremos lo posible para preservar la libertad de expresión y religiosa, para defender los derechos de los padres y para proteger a los niños australianos de ser expuestos a la educación sexual radical de género LGBTIQ en las aulas", dijo Lyle Shelton, portavoz de la Coalición para el Matrimonio. "Le prometemos a nuestros simpatizantes que cualquiera sea el resultado, seguiremos trabajando por las familias australianas", agregó.

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