Ayatolá de Irak pide que nuevo primer ministro sea elegido sin injerencias

La máxima autoridad religiosa chií de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, pidió hoy que el nuevo primer ministro del país, que tiene que ser elegido por las fuerzas políticas tras la dimisión de Adel Abdelmahdi la semana pasada, sea escogido sin "interferencias externas" y con el apoyo de los ciudadanos.

En el sermón del viernes, día sagrado para los musulmanes, Al Sistani solicitó, en un discurso leído como de costumbre por su representante Abdelmahdi al Karbalai, que el nuevo jefe del Ejecutivo y los miembros de su gabinete sean elegidos "en base a las aspiraciones de los ciudadanos y lejos de cualquier interferencia externa".

Por ello destacó que la autoridad religiosa "no tiene ningún papel" ni participa en las consultas que las fuerzas políticas están llevando a cabo para seleccionar a un candidato a sustituir a Abdelmahdi, que dimitió hace una semana tras dos meses de protestas en las calles del país.

Además, Al Sistani pidió que el nuevo gabinete sea designado en el periodo que marca la Constitución, para que la formación del nuevo Gobierno no requiera meses como fue el caso del Ejecutivo encabezado por Abdelmahdi el año pasado.

El clérigo también advirtió frente a "los que acechan al país y buscan explotar las protestas para lograr determinados objetivos que socavan los intereses superiores del pueblo iraquí", sin referirse explícitamente a ningún Estado.

Además, destacó que su institución "trabaja para asegurar los intereses públicos (...) y su nombre no debe ser utilizado por ninguno de los grupos participantes en las manifestaciones".

Parece que de esta forma Al Sistani busca distanciarse de los grupos chiíes que han aparecido en las protestas, algunos de los cuales afiliados a movimientos o milicias pro-iraníes, que han sido acusados de infiltrarse entre los manifestantes pacíficos para boicotear sus movilizaciones e incluso de atacarlos.

"No hay duda de que si el movimiento popular se extiende e incluye los diferentes grupos, se convierte en un medio efectivo para presionar a los que están en el poder y dar lugar a reformas reales (...) pero es requisito básico que no derive hacia la violencia, el caos y el sabotaje", agregó el ayatolá.

La máxima autoridad religiosa ha apoyado desde un primer momento las reivindicaciones de los manifestantes y su movimiento, condenando la represión violenta que ha dejado más de 400 muertos entre civiles y uniformados en las calles de Irak desde el pasado 1 de octubre.

El pasado viernes, Al Sistani instó a los parlamentarios iraquíes a reconsiderar su apoyo al Gobierno "incompetente" de Abdelmahdi, después de que la violencia estallara en varias localidades del sur del país, de mayoría chií, y fueran blanco de ataque un consulado de Irán y el mausoleo de un imán de esta rama del islam.