Católicos y musulmanes unidos por el cura francés degollado

Católicos y musulmanes unidos por el cura francés degollado. AFP
Fotografía del cura francés degollado Jacques Hamel . AFP
Afp
31 de julio 2016 - 12:49

Cinco días después del asesinato de un sacerdote que ha conmocionado a Francia, numerosos musulmanes manifestaron el domingo su horror ante el yihadismo, presentes en las misas en honor al religioso al lado de los católicos y con tribunas en los medios.

Unos dos millares de fieles católicos y un centenar de musulmanes asistieron este domingo a la misa organizada en la catedral de Ruán, en el noroeste de Francia, para rendir homenaje al sacerdote Jacques Hamel, degollado el martes por dos yihadistas en una iglesia.

Unos 900 fieles se congregaban en el interior de la catedral, en el que se habían reservado asientos para los habitantes de Saint Etienne du Rouvray, donde se encuentra la iglesia en la que oficiaba el cura asesinado, en el noroeste de Francia.

En el exterior, varios militares vigilaban la entrada del templo.

Entre los fieles, un centenar de musulmanes respondieron al llamado del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), que invitó a responsables de mezquitas, imanes y fieles a asistir a la misa para expresar su "solidaridad y compasión".

"Amor hacia todos, odio hacia nadie" rezaba un cartel colgado dentro de la catedral por una asociación musulmana.

El sábado tuvieron lugar funerales interreligiosos por todo el país, conmocionado por el asesinato, el martes por la mañana, del cura Jacques Hamel, de 85 años, a manos de Abdel Malik Petitjean y Adel Kermiche, ambos 19 años. El ataque reivindicado fue por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

En la otra iglesia de Saint Etienne du Rouvray, frente a un retrato del difunto rodeado de ramos de flores, fieles católicos y musulmanes escucharon con atención las palabras del padre Auguste Moanda, quien recordó que "la fraternidad existe entre las dos religiones".

En Burdeos, en el suroeste, 400 personas de distintas confesiones participaron en una oración conjunta en la iglesia de Notre Dame y en Niza (sureste), ciudad aún enlutada por el atentado del 14 de julio que costó la vida a 84 personas, numerosos musulmanes asistieron a una misa en la iglesia de Saint-Pierre-de-l'Ariane, a la que también acudió el imán Otman Aissaoui.

'Construir un pacto'

En el plano político, el primer ministro Manuel Valls consideró en un artículo publicado en el periódico Journal du Dimanche (JDD) que, si bien "el islam ha encontrado su lugar en la República", es "urgente" "construir un verdadero pacto" con la segunda religión de Francia.

Según Valls, a pesar del "fracaso" de la Fundación por el Islam de Francia, creada hace más de diez años "para reunir con toda transparencia los fondos necesarios" para su desarrollo, habría que "revisar algunas reglas para agotar la financiación exterior y aumentar, para compensar, la posibilidad de recoger fondos" en el país.

En otro artículo del JDD, unas cuarenta personalidades musulmanas de Francia afirmaron estar "consternadas por la impotencia de la organización actual del islam en Francia, que no tiene ninguna influencia en los acontecimientos".

Por su parte, la policía investiga el entorno de los autores del ataque, quienes habían sido fichados cada cual por su lado por los servicios de inteligencia aunque no se pudo detectar que fueran a pasar a la acción.

La investigación ha permitido establecer que los dos asesinos del sacerdote, Abdel Malik Petitjean y Adel Kermiche, entraron en contacto a través del servicio de mensajería cifrado Telegram solo días antes de pasar al acto, según varios medios. Kermiche habría descrito el 'modus operandi' del atentado en esas conversaciones, mencionando "un cuchillo" y "una iglesia".

Un primo de Petitjean que estaba detenido debía presentarse ante el juez el domingo para la acusación formal. Según la fiscalía de París, este hombre de 30 años, Farid K. "tenía perfecto conocimiento, si no del día y el lugar precisos, al menos de la inminencia del proyecto de acción violenta por parte de su primo.

Por su parte, el refugiado sirio y el menor de 16 años que habían sido previamente detenidos fueron liberados, aunque la policía analiza documentos de propaganda yihadista que encontró en el teléfono y en el ordenador de este último.

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