Felicidad, solidaridad e injusticia: las reflexiones de un filósofo en medio de la pandemia

El mundo ha cambiado con la pandemia y el modelo económico, político y social conocido empezará a tener grandes transformaciones en una desigual América Latina.

Protestas en Colombia.
Protestas en Colombia. / AFP

Gastón Soublette es un filósofo y escritor chileno que vive alejando del mundo, pero conectando con su realidad. A sus 94 años y con problemas de audición tiene tiempo para estar en sintonía con los problemas de América Latina y que la pandemia ha demostrado que eran peor de lo que pensábamos.

El pensador que no quiere sintonía con la tecnología, usa una vieja máquina de escribir para plasmar sus reflexiones y en una entrevista con la BBC Mundo plasmó diferentes puntos de vista sobre el mundo actual, donde la falta de solidaridad, la desaparición de la felicidad y la injusticia fueron parte de sus reflexiones.

Soublette es duro en lo que piensa y a su juicio el egoísmo de las élites empresariales y la corrupción de la clase política está despertando a una juventud que no estaba dormida en América Latina. Solo estaban esperando su momento.

Lo que pasó en Chile antes de la pandemia y lo que está ocurriendo en Colombia es un ejemplo de ese despertar.

Una elite de emprendedores a nivel mundial detenta toda la riqueza del planeta y maneja el mundo desde la trastienda del poder político. Eso ocurre en todos los países con diferentes matices”, destacó el pensador chileno.

Las injusticias y desigualdades sociales, además de la falta de interés por el individuo como parte de una sociedad ha sido parte de la herencia del sistema actual que languidece.

La solidaridad entre los hombres solo es posible cuando estos tienen virtud y sabiduría. La solidaridad no se puede recuperar por medio de una campaña de promoción ni por medio de una ideología (…) La solidaridad puede volver al mundo solo por un cambio de paradigma cultural, fruto del trabajo sostenido de minorías disidentes que asocian a personas que tienen virtud y sabiduría para conducirse en la vida”, afirmó Soublette.

Sobre el hombre en medio de la pandemia aseveró que “la calidad humana se prueba en el sentido de "comunidad" y supone lo que tradicionalmente llamamos virtud. La virtud consiste en amar y respetar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”.

El fenómeno del crecimiento ilimitado transformó la ciudad moderna en un infierno mecánico donde desapareció la noción misma de la felicidad”, concluyó.

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