Líder australiano prepara dura charla con Rusia

El primer ministro australiano advirtió estelunes de que tiene previsto emplear una dura retórica cuando se reúna el mes que viene en Australia con el presidente ruso, Vladimir Putin, para pedirle plena cooperación de Rusia con la investigación holandesa sobre el derribo de un avión malasio en julio.

Putin ha confirmado que atenderá a una cumbre de las 20 economías más grandes del mundo que presidirá Australia en Brisbane, en la costa este, el 15 y 16 de noviembre.

El primer ministro australiano, Tony Abbott, dijo que pediría una reunión bilateral con Putin sobre el Vuelo 17 de Malaysia Airlines, derribado el 17 de julio por rebeldes ucranianos con respaldo ruso cuando volaba sobre el este de Ucrania, desde Ámsterdam a Kuala Lumpur. Los 298 tripulantes murieron, incluyendo 38 residentes y ciudadanos australianos.

"Habrá muchas conversaciones duras con Rusia, y sospecho que la conversación que tendré con el señor Putin será la conversación más dura de todas", dijo Abbott a la prensa.

Abbott dijo que tiene previsto decirle a Putin: "Se asesinó a australianos, fueron asesinados por rebeldes con apoyo ruso que empleaban equipo proporcionado por Rusia. Estamos muy descontentos con esto. Aceptamos que usted no quería que esto ocurriera, pero ahora exigimos que coopere por completo con la investigación penal".

"Y si la investigación penal identifica sospechosos sobre los que usted tiene algo de influencia, tendrán que ser entregados y tiene que hacerse justicia", añadió.

Rusia y Australia se han cruzado sanciones comerciales en los últimos meses, conforme se deterioraban las relaciones bilaterales por la implicación de Moscú en el conflicto ucraniano.

El líder de la oposición australiana, Bill Shorten, dijo que Putin no debería asistir a la cumbre del G-20 en Brisbane, y que Australia no debería "sacar la alfombra roja" para él.

Australia ha asumido un papel destacado en la respuesta internacional al desastre de la aerolínea, y fue la autora de la resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se aprobó por unanimidad días después de la tragedia. La resolución demandaba que los separatistas que controlaban el lugar del siniestro permitieran la recuperación de los restos mortales y acceso libre a los investigadores internacionales.