Netanyahu afronta la mayor crisis de liderazgo por Gaza

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. / EFE
Efe
15 de noviembre 2018 - 10:23

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusado de indecisión por no seguir bombardeando Gaza tras la peor escalada militar desde 2014 y criticado por sus socios y por la opinión pública, afronta su mayor crisis de liderazgo e intenta evitar que su coalición gubernamental se desmorone.

"La impresión entre los miembros de la coalición anoche era que, pese a los esfuerzos de Netanyahu de cerrar filas, el escenario más probable era que la Knéset (Parlamento) se disuelva en pocas semanas", explica el analista Yanir Cozin, del periódico israelí "Maariv".

El 74 % de los israelíes se muestra disgustado con el papel del jefe del Ejecutivo durante la última escalada de tensión con Gaza -cerrada el martes con un anuncio de tregua de las milicias palestinas tras lanzar en 24 horas 460 cohetes contra Israel-, según indica una encuesta del canal de noticias israelí Hadashot.

Si hubiera comicios generales, que se podrían celebrar como muy temprano en febrero, su partido, el conservador Likud, seguiría siendo la fuerza más votada con 29 escaños, pero perdería un asiento y apoyo en votos.

La credibilidad del primer ministro se ha visto muy afectada entre los residentes de las poblaciones israelíes colindantes con la Franja, uno de los principales bastiones de apoyo del Likud, con cientos de personas que se han manifestado para exigir su dimisión si no aplica acciones militares más duras.

La renuncia ayer del titular de Defensa, Avigdor Lieberman, y la retirada de su partido, Israel Nuestro Hogar, de la coalición gubernamental, dejan a la alianza de formaciones derechistas y ultranacionalistas al mínimo, permitiendo al primer ministro mantener el Ejecutivo al límite, con 61 asientos en el Parlamento israelí, frente a los 59 de la oposición.

La crisis se agudizó con la demanda de Naftali Benet, ministro de Educación y líder del ultranacionalista Hogar Judío, de la cartera de Defensa a cambio de mantener el actual Gobierno.

La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, también de Hogar Judío, consideró hoy que el Ejecutivo "ha fracasado en establecer" medidas disuasorias contra Gaza, y denunció que "este no es un Gobierno de derechas y su existencia no tiene sentido", ante lo que agregó que "Benet podría ser de gran ayuda para el primer ministro como ministro de Defensa".

Las críticas a Netanyahu también proceden de altos cargos de la seguridad israelí, que han criticado que no supiera concretar en las reuniones del Gabinete de Seguridad cuáles eran las líneas a seguir ni qué objetivo tenían las acciones militares ordenadas en Gaza, informó la radio pública Kan.

Según el periodista Ben Caspit, "la situación es tan complicada por el momento que es muy difícil ver qué escenario irá mejor" para la continuidad de Netanyahu.

El dilema del primer ministro a estas alturas es si "rendirse" a las demandas para ceder la cartera de Defensa a Benet, que durante los últimos meses ha reclamado también que se aseste una ofensiva militar de gran envergadura contra Gaza, o bien "ser arrastrado por la fuerza a elecciones", comenta Yosi Verter, analista en el diario "Haaretz".

El mandatario lucha por no aparecer "como alguien que ha perdido el control" y se ve obligado a convocar comicios anticipados, y ha iniciado consultas con los jefes de las distintas formaciones de la coalición para estabilizar el Gobierno, pero "tendrá dificultades para mantener a su coalición unida más tiempo que las dos o tres próximas semanas".

Para la experta en opinión pública israelí Dahlia Scheindlin, el panorama electoral para Netanyahu no es nefasto en ninguna de las encuestas, "pese al descontento reciente de la opinión pública por su actuación en Gaza", y ahora "hay muchos cálculos que pasan por su cabeza".

"No importa si las elecciones se celebran en marzo o en noviembre, en ambos casos el Likud seguiría como primera fuerza, con un enorme margen de ventaja respecto a la segunda", explica a Efe la analista, quien prevé que Netanyahu siga teniendo un rol dominante en la escena política israelí tanto si consigue mantener su Gobierno como si no.

Los últimos en pedir un anticipo electoral han sido el ministro de Interior, Aryeh Deri, líder del partido ultraortodoxo Shas, y el titular de Finanzas, Moshe Kahlon, del partido centrista Kulanu, que consideró que "lo mejor para los ciudadanos y la economía israelí es celebrar elecciones lo antes posible".

La presidenta del pacifista y opositor partido Meretz, Tamar Zandberg, pidió hoy que "el resto de ministros deben seguir el ejemplo de Lieberman: dimitir y liberarnos de este Gobierno malo, enfermo de corrupción, racismo y leyes de lealtad".

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