Duterte califica de corrupta a policía filipina, pero prorroga lucha antidroga

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en una conferencia de prensa este lunes 30 de enero.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en una conferencia de prensa este lunes 30 de enero. / Foto/AFP
Afp
30 de enero 2017 - 21:39

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, calificó el lunes a la policía que lucha contra el tráfico de droga como "corrupta hasta los huesos", pero prorrogó su sangrienta campaña hasta 2022.

Duterte anunció que planeaba "limpiar" la policía, implicada desde hace varias semanas en sórdidos casos de extorsión, entre ellos el de un empresario surcoreano secuestrado por agentes antinarcóticos y asesinado en la misma sede de la policía nacional.

"Ustedes, los policías, son los más corruptos. Son corruptos hasta los huesos. Está en vuestra sangre", dijo a los periodistas dirigiéndose a los policías acusados del secuestro y del asesinato del surcoreano.

El presidente estimó en 40% la proporción de policías que llevan a cabo actividades ilegales, siete meses después de que encargara a esta fuerza la sangrienta campaña para erradicar el tráfico de drogas.

Duterte fue elegido al frente del país en la primavera prometiendo terminar en seis meses con el tráfico de drogas, una campaña en la que ya murieron miles de personas.

Desde su investidura a fines de junio los policías mataron a más de 2,500 "sospechosos".

Unas 4.000 personas murieron además en circunstancias inexplicadas. Los cuerpos son hallados en las calles junto a un pedazo de cartón en el que se acusa a la víctima de ser un toxicómano o un traficante.

Duterte ya había prorrogado la campaña hasta marzo. Este lunes anunció que no la detendría.

'Hagan su comercio ilegal si quieren'

"La voy a prorrogar hasta el último día de mi mandato", dijo a los periodistas, que dura seis años sin posibilidad de reelección.

Luego de estas declaraciones, el jefe de la policía Ronald Dela Rosa anunció que las actividades de todas las unidades de la policía antinarcóticos serían suspendidas hasta que termine la "limpieza" anunciada por el presidente, cuyo alcance se ignora.

La política de Duterte es duramente criticada a nivel internacional y por las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Pero Duterte no cambió el rumbo y permanece inmutable ante los que afirman que la policía asesinó a civiles desarmados así como a los que acusan a las fuerzas de rellenar los bolsillos de los cadáveres con bolsas de droga o armas de fuego.

Numerosas voces se inquietan de que los policías gocen de impunidad total en el marco de la campaña contra las drogas.

El presidente siempre prometió respaldar a los policías que participan de esta "guerra" y les repite que no deben inquietarse de las consecuencias judiciales si matan a traficantes de drogas.

A principios de enero, en ocasión del cumpleaños de Dela Rosa, Duterte afirmó incluso que aceptaba que los policías participen en actividades ilegales para llegar a fin de mes, siempre que no estén relacionadas a la droga.

"Hagan su comercio ilegal si quieren, pero sin la droga", dijo, lamentando luego que los policías no reciban un buen sueldo.

"No digo que haya que hacer cosas ilegales, digo que, mientras que el gobierno no les pague más, si alguien les propone ayuda, acéptenla".

La indulgencia del gobierno con la policía provoca indignación de los movimientos de defensa de los derechos humanos.

"¿Cómo una fuerza de policía fascista y corrupta, en donde la impunidad es ley, podría terminar con el tráfico de drogas?", preguntó el lunes en un comunicado el secretario general de la coalición de izquierda Bayan, Renato Reyes.

"El balance (de muertos) seguirá aumentando, cada vez más criminales uniformados seguirán sembrando el caos en nuestra calles", agregó.

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