Millones de chinos vuelven a casa para celebrar el Año Nuevo en familia

Una multitud de viajeros hace cola para entrar en la Estación de Ferrocarril de Pekín
Una multitud de viajeros hace cola para entrar en la Estación de Ferrocarril de Pekín / EFE
Efe
01 de febrero 2018 - 07:11

Cientos de millones de ciudadanos chinos, principalmente estudiantes y trabajadores migrantes, comienzan hoy su viaje de vuelta a casa con motivo de las vacaciones por el Festival de Primavera, para el que China espera 2 mil 980 millones de desplazamientos.

Este periodo de cuarenta días, que se inicia hoy y concluye en torno a veinte días después de la celebración del Año Nuevo Chino, el 16 de febrero, supone la temporada alta de turismo en el país y un momento de reencuentro para las familias.

Aunque muchos esperan a la semana oficial de vacaciones, del 16 al 21 de febrero, para volver a casa o para viajar a algún destino turístico, los estudiantes y trabajadores migrantes comienzan hoy su éxodo a sus ciudades de origen.

El Año del Perro trae una novedad: por primera vez las autoridades del país esperan un descenso en el número de desplazamientos por carretera, del 1,6 %, en favor de los viajes en tren, que aumentarán un 8,8 %, y de avión, que subirán un 10 %, según estimaciones oficiales.

Las razones son el desarrollo de los trenes de alta velocidad o "gaotie", y la amplia oferta de billetes de avión, aunque las autoridades de transporte esperan que 8 de cada 10 chinos cojan un autobús para volver a casa.

La Corporación Ferroviaria de China anunció el miércoles que se han añadido trenes temporales para transportar hasta 1,5 millones de pasajeros más cada día y que también se han habilitado trenes nocturnos de alta velocidad.

"Estamos haciendo un uso completo de las nuevas vías", señaló el Ministerio, aunque lamentó que éstas no pueden satisfacer la gran demanda de los pasajeros. "Solo podemos cubrir 390 millones del total de 2.980 millones de desplazamientos previstos para este año", apuntó Li Wenxin, director general de la Corporación.

Uno de los viajeros que ha elegido el tren para volver a casa es Tian Yu, un electricista de 41 años que explicó a Efe que tardará alrededor de 17 horas en llegar en tren cama desde Pekín a Jilin, su provincia natal en la frontera con Corea del Norte.

"He ido los dos últimos años y siempre en tren, el avión es rápido pero no estamos en condiciones económicas para comprarlo, es demasiado caro el billete", explicó riéndose.

Tradicionalmente era común ver largas colas en las taquillas de las estaciones de tren en China, abarrotadas en estas fechas, sin embargo ahora la mayor parte de viajeros compra sus billetes por internet.

Sentado sobre su maleta para amenizar la espera, Sun Chenjun, un obrero de 50 años, explica a Efe que él siempre compraba su billete en los puntos de venta pero que en esta ocasión "fue muy fácil" porque su hijo le ayudó a comprarlo por internet.

Aunque la mayor parte de los ciudadanos chinos aprovechan el Año Nuevo para reunirse con su familia hay algunos que dedican las vacaciones a viajar a destinos turísticos, lo que provoca aumentos de precios en las principales aerolíneas que viajan a países asiáticos, o a eventos especiales.

Este último es el caso de Li Shasha, una joven de 30 años que ha decidido aprovechar las vacaciones para casarse.

"Mi esposo es de Anhui (este) y yo soy de la Región Autónoma de Mongolia Interior (norte). Estas vacaciones he venido con doce miembros de mi familia a Pekín para hacer transbordo y viajar desde aquí a Anhui para celebrar mi boda", comentó.

Su abuela, de 84 años, suele celebrar el Año Nuevo en Mongolia Interior, dijo a Efe, pero en esta ocasión viaja para acompañar a su nieta en su boda. "El tren es muy conveniente, se ha desarrollado muy rápido", apuntó.

Muchos de los desplazamientos son protagonizados por estudiantes, que terminan sus exámenes a finales de enero y suelen preferir desplazarse en ferrocarril.

El tren directo de alta velocidad que une Pekín con Lishui, una ciudad de Zhejiang (al este, en la costa), es el que solía coger un estudiante de Filología Italiana de 21 años que prefiere utilizar su apodo en italiano, Luca.

"Sólo tarda ocho horas, habitualmente no se retrasa y los estudiantes tenemos un descuento del 25 %", explica a Efe, pero como los billetes estaban agotados tendrá que volar primero a Hangzhou, la capital de Zhejiang, y después tomará un tren hasta casa.

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