El cardenal australiano Pell queda detenido tras su condena por pederastia

Cardenal George Pell
Cardenal George Pell / AFP
Afp
27 de febrero 2019 - 10:41

Un tribunal de Melbourne ordenó este miércoles la detención del cardenal australiano George Pell, ex número 3 del Vaticano, declarado culpable de pederastia.

Pell es el clérigo de más alto rango de la Iglesia católica hallado culpable de violar a un menor. El cardenal clama su inocencia y apeló el fallo.

Durante una audiencia previa a la sentencia, los fiscales dijeron este miércoles que Pell se enfrenta a un máximo de 50 años de cárcel por cinco cargos de abusos sexuales contra dos monaguillos de la Catedral de San Patricio de Melbourne en 1996 y 1997.

Por su parte, el Vaticano anunció que abriría una investigación canónica interna contra él. Este procedimiento puede desembocar en sanciones, de las cuales la más severa sería el regreso a la vida laica, como ocurrió con el excardenal estadounidense Theodore McCarrick, secularizado a mediados de febrero tras acusaciones de abusos sexuales a menores y a adolescentes.

El prelado Pell, de 77 años, fue abucheado al llegar por la mañana al Tribunal de Victoria. Tras el anuncio de su detención, el exarzobispo de Melbourne y de Sídney se inclinó ante el juez y fue sacado, sin esposar, de la sala de audiencias.

El cardenal fue declarado culpable el 11 de diciembre de un cargo de penetración sexual y de otros cuatro de actos indecentes contra dos monaguillos de 12 y 13 años en 1996 y 1997, en la sacristía de la catedral.

Por motivos legales, este veredicto no se hizo público hasta el martes.

El juez Peter Kidd había considerado el miércoles "evidente" el delito del extitular de la Secretaría de Economía del Vaticano.

"Es un crimen cruel y vergonzoso", dijo el magistrado. "Implicó un abuso de confianza. Se aprovechó de dos jóvenes muchachos vulnerables".

Ningún 'remordimiento'

Los abogados del prelado lograron que su detención, que tendría que haberse producido en diciembre, se pospusiera debido a la doble operación de rodilla a la que debía someterse.

Su defensa debía solicitar en un primer momento a la corte de apelaciones una nueva liberación bajo fianza, a la espera del juicio en apelación.

Pero renunció, alegando que consideraba "apropiado que espere a conocer su pena". La sentencia se conocerá en una audiencia prevista para el 13 de marzo.

El fiscal, Mark Gibson, lamentó por su lado que el exarzobispo de Sídney y Melbourne no haya mostrado ningún "remordimiento".

Destacando que se descartó la premeditación, su abogado Robert Richter, invocó por su parte a los 10 testigos de la defensa: "Nadie lo cree capaz de tales actos".

"A pesar de la cobertura mediática sin precedentes, el cardenal Pell sigue clamando su inocencia", dijo antes la defensa. "Como cualquier otro, tiene derechos y seguirá ejerciéndolos".

Su condena provocó una gran conmoción en Australia, ya que el prelado, que en el pasado era elogiado por las mayores autoridades del país, era alguien muy escuchado entre los conservadores sobre temas tan variados como las uniones gay o el cambio climático.

Un solo testimonio

Se trata de un nuevo revés para la Iglesia católica, que acaba de organizar una histórica cumbre contra la pederastia en la institución al término de la cual el papa Francisco prometió el domingo "una lucha a todos los niveles".

"Es una noticia dolorosa que, somos conscientes de ello, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas", anunció el Vaticano en un comunicado leído por su portavoz, Alessandro Gisotti.

"En nombre de ese respeto, esperamos ahora el resultado del juicio en apelación, recordando que el cardenal Pell reafirmó su inocencia y que tiene el derecho de defenderse hasta la última instancia" añadió el Vaticano.

En diciembre, al día siguiente de la condena aún secreta del cardenal, la Santa Sede lo alejó del primer círculo de nueve consejeros del Papa. El martes por la noche el portavoz del Vaticano anunció en un tuit que George Pell ya no era secretario de Economía de la santa sede.

El proceso de apelación podría tomar un año.

Para Jeremy Gans, especialista en derecho criminal en la Universidad de Melbourne, estos jueces podrían cuestionar el hecho de que el veredicto solo se basa en el testimonio de la única víctima aún viva.

El segundo monaguillo, muerto por una sobredosis en 2014, nunca informó a sus padres de la agresión.

George Pell fue principalmente hallado culpable de haber obligado a practicar una felación a uno de los adolescentes y de haberse masturbado mientras acariciaba al otro.

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