Un masivo apoyo a Díaz-Canel y a la Revolución centra Día del Trabajo en Cuba

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel (i), su antecesor y primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro (c), y el presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier (d), saludan durante el desfile con motivo del Día del Trabajo hoy, martes 1 de mayo de 2018, en la Plaza de la Revolución de La Habana (Cuba).
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel (i), su antecesor y primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro (c), y el presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier (d), saludan durante el desfile con motivo del Día del Trabajo hoy, martes 1 de mayo de 2018, en la Plaza de la Revolución de La Habana (Cuba). / EFE
01 de mayo 2018 - 10:10

Cientos de miles de personas marcharon hoy en Cuba para celebrar el Día del Trabajo en una jornada en la que las reivindicaciones laborales estuvieron ausentes y todo el protagonismo lo cobró el mensaje de respaldo al nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel, y a la vigencia del legado revolucionario.

El mandatario, acompañado de su predecesor, Raúl Castro, todavía primer secretario del todopoderoso Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), presidió el acto central celebrado en la Plaza de la Revolución de La Habana, por donde desfilaron -según fuentes oficiales- unas 900.000 personas, con más presencia de jóvenes que otros años.

Con camisa blanca, una gorra con los colores de la enseña nacional y agitando una pequeña bandera cubana en la mano, Díaz-Canel siguió el desfile de dos horas de duración junto a Castro, vestido de uniforme militar y tocado con gorro de "guajiro" (campesino), una estampa con un claro mensaje: continuidad.

La celebración, una de las más multitudinarias que tienen lugar en Cuba cada año, arrancó a las 07.30 (11.30 GMT) de la mañana para evitar las horas de mayor impacto del intenso sol caribeño, aunque los asistentes comenzaron a congregarse de madrugada en los puntos de concentración.

Siguiendo la pauta marcada por su antecesor en la última década, el nuevo gobernante, que asumió el cargo el pasado 19 de abril, no habló y cedió el protagonismo verbal al máximo líder sindical del país, Ulises Guilarte, secretario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, único sindicato permitido).

El fallecido expresidente Fidel Castro sí solía pronunciar uno de sus célebres y largos discursos cada Primero de Mayo, y fue precisamente en esta fecha en el año 2000, seis años antes de enfermar y retirarse, cuando expuso el famoso "concepto de Revolución" que hoy tiene en la isla categoría de evangelio.

Este martes, la palabra la tomó Guilarte para subrayar que "existen sobradas razones y argumentos para convertir este Día Internacional de los Trabajadores en una nueva demostración de apoyo a la Revolución, a Raúl y a la nueva dirección del Estado y del Gobierno".

El líder de la CTC mencionó la "estratégica batalla en el terreno económico" y apeló al "aporte" de los trabajadores de los sectores estatal y privado para aumentar la producción, las importaciones "y mejorar la calidad de vida de la población".

"Es necesario poseer plena conciencia sobre la responsabilidad de la clase obrera en el proceso inversionista, en la creación de las riquezas del pueblo para satisfacer sus necesidades, preservar las conquistas revolucionarias y elevar la cuantía de sus remuneraciones", sostuvo.

El aumento de los salarios estatales es uno de los principales retos del Gobierno cubano, ya que en la actualidad el sueldo medio no llega a los 30 dólares.

Además, insistió en el respaldo de los trabajadores a la actualización del modelo económico y social de la isla impulsado por Raúl Castro, condenó el "orden económico internacional injusto y desigual, donde la ofensiva imperialista y neoliberal prosigue su impacto" y denunció el retroceso de los derechos laborales y aumento del desempleo.

Guilarte también reclamó el fin del embargo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba, reclamó la devolución del terreno de la base naval de Guantánamo y se solidarizó con los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, así como con el expresidente brasileño Luiz Inasio Lula Da Silva, en la cárcel por delitos de corrupción.

Tras el discurso comenzó el desfile, ambientado por miles de banderas, globos y en el que los ritmos caribeños y "reguetoneros" que se dispersaban desde los altavoces sustituyeron a las canciones de la nueva trova cubana que acompañaron esta marcha popular en décadas anteriores.

No faltaron "La Internacional", a cuya entonación se sumó toda la tribuna presidencial, y las exclamaciones de "Yo soy Fidel" y "Raúl, Raúl", aunque una de las sorpresas del desfile habanero fue que se cerró al compás de una conga santiaguera.

La emblemática Plaza de la Revolución estuvo engalanada con grandes carteles y pancartas en sus principales edificios, como la la Biblioteca Nacional, con fotografías de los próceres patrios Carlos Manuel de Céspedes y José Martí, junto a otras de Fidel Castro.

En el resto de la isla los cubanos también salieron a la calle, con desfiles en las principales ciudades, como la oriental Santiago de Cuba, con el segundo acto más concurrido tras el de La Habana, o la central Villa Clara, donde 130.000 personas recordaron al guerrillero Ernesto "Ché" Guevara, enterrado allí.

Según los medios oficiales, a nivel nacional se esperaba la participación de seis millones de personas, lo que supone más de la mitad de la población del país.

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