Madres nicaragüenses exigen la libertad de los presos que alzaron sus voces por la paz

Un grupo de personas participa en un plantón hoy, lunes 2 de julio de 2018, en el exterior de la cárcel de máxima seguridad llamada Dirección de Auxilio Judicial y conocida como " El Chipote", en Managua (Nicaragua).
Un grupo de personas participa en un plantón hoy, lunes 2 de julio de 2018, en el exterior de la cárcel de máxima seguridad llamada Dirección de Auxilio Judicial y conocida como " El Chipote", en Managua (Nicaragua). / EFE
Efe
02 de julio 2018 - 15:44

Los llantos desesperados de las madres cuyos hijos están retenidos en la lúgubre cárcel de El Chipote volvieron a romper el silencio del tétrico lugar para pedir la libertad de los jóvenes capturados por la Policía Nacional de Nicaragua en el marco de las protestas ciudadanas contra el Gobierno de Daniel Ortega.

Arropadas por miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, reivindicaron este lunes, nuevamente, la inocencia de sus vástagos acusados de delitos que no han cometido, presos por rebelarse contra un régimen dictatorial que intentó aplicar unas impopulares reformas a las seguridad social que pusieron en pie al pueblo nicaragüense.

"Fueron capturados en la redada criminal que hizo la Policía por denuncias de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC)", dijo la integrante de la Alianza Cívica Sandra Ramos, quien denunció que "se han llevado gente inocente", como "en la dictadura somocista", cuando "acusaban a gente inocente solamente porque les caían mal o tenían algún conflicto personal".

"Venía la guarda genocida, los echaba presos y hasta los desaparecía. Lamento tanto tener que revivir este paralelismo histórico... Me recuerda las luchas oscuras que vivió el pueblo de Nicaragua en la época somocista", explicó Ramos.

La activista señaló que "la gente está siendo secuestrada, sacada de sus casas y no sabemos donde se los llevan", aunque "sabemos que están ahí (en el penal)".

La Alianza Cívica exigió, en repetidas ocasiones, la lista con los nombres de los presos políticos que se encuentran en El Chipote, pero "no la quieren entregar" y es así como mantienen "el calvario de esas mujeres nicaragüenses que sufren todos los días porque no les quieren entregar a sus hijos y les fabrican juicio de lo que ellos no han cometido".

Pero Ramos, en nombre de su organización y de las madres, advirtió al Gobierno de Ortega en tono amenazante que la ciudadanía se está hartando y "cuando este pueblo se levante totalmente entonces sí vamos a vernos la cara toditos".

Al lugar llegaron también los verdaderos artífices de las revueltas populares, los estudiantes universitarios, quienes se movilizan cada día en pro de la justicia, la paz y la libertad para Nicaragua desde el pasado 18 de abril, fecha en la que la mecha del pueblo se prendió y promete no apagarse hasta ver a Ortega lejos del poder.

El estudiante universitario Edwin Carcache reiteró que "ellos son inocentes, son víctimas de esta persecución política" que no entiendes de sexo ni edad, ya que, según el joven, entre los presos hay una mujer embarazada y un niño de 14 años que son inocentes".

"Como estudiantes, como sociedad civil, exigimos que de forma inmediata liberen a nuestros presos. Nos dicen que en la cárcel no les están dando alimentación a los presos políticos", explicó el estudiante.

Carcache detalló que la comunidad estudiantil está trabajando con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y con asociaciones locales, que brindan apoyo y acompañamiento legal y jurídico para proteger a las víctimas de la política de Ortega".

"Nosotros vamos a estar aquí a esperar que den respuesta inmediata y libertad a estos presos políticos. Hay alrededor de treinta personas", informó el estudiante.

La cárcel El Chipote fue uno de los principales centros de tortura de la dictadura somocista. Cuarenta años después, sus celdas encierran a los nietos de la revolución sandinista. La prisión, oficialmente conocida como la Dirección de Auxilio Judicial, acogió a la mayoría de los detenidos en las protestas antigubernamentales que azotan el país desde el 18 de abril y que piden la renuncia del presidente, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

El Chipote lleva décadas en el punto de mira de las asociaciones de derechos humanos por sus duras condiciones de reclusión, pero los Gobiernos que se sucedieron tras el fin de la dictadura somocista en 1979 hicieron oídos sordos a las múltiples peticiones de cierre.

Hasta que estallaron las protestas, el penal se usó principalmente para encerrar a personas vinculadas al narcotráfico y al crimen organizado, pero también para amedrentar a "blancos del Gobierno", como campesinos de la zona minera o contrarios al proyecto del canal interoceánico.

El complejo policial fue construido por Anastasio Somoza, pero se hizo especialmente popular en los años previos al triunfo de la revolución, cuando desfilaron por allí decenas de sandinistas, entre ellos el presidente Ortega o el poeta Tomás Borge, quien escribió allí la célebre poesía "Mi venganza personal".

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