Panamá y Costa Rica buscan un protocolo sanitario común

Cerca de 70 cubanos que llegaron a Panamá después de formalizado un puente aéreo con México para el traslado de casi 4.000 al norte de América, esperan a la intemperie el 20 de mayo de 2016, que el Servicio Nacional de Migración de Panamá los integre a ese plan especial.
La crisis migratoria centroamericana urge la búsqueda de medidas con la participación de todos los países. / EFE
Efe
18 de agosto 2016 - 17:51

Autoridades sanitarias de Costa Rica y Panamá buscan acordar protocolos binacionales de atención en caso de que ingresen los miles de migrantes ilegales que cruzan América Central con destino a EE.UU. y se detecten casos de enfermedades ya controladas en ambos países.

Hay que "definir qué se va a hacer, establecer protocolos binacionales" e intercambio de información tanto para la prevención como para el tratamiento ante eventuales casos entre los migrantes de enfermedades "ya erradicadas" como la malaria y la tuberculosis, dijo hoy el funcionario del Ministerio de Planificación de Costa Rica, Óscar Méndez.

Méndez, quien es el secretario ejecutivo del convenio fronterizo Costa Rica-Panamá, participó este jueves en una reunión binacional en la que estuvieron altos representantes de los ministerios de Salud de los dos países.

En la cita, celebrada en David, capital de la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, se tocaron varios temas, aunque las autoridades de los dos países coincidieron en que el de los migrantes caribeños y extracontinentales es ahora el asunto que más les preocupa.

Oleadas de personas procedentes de países africanos, asiáticos, además de haitianos y cubanos están llegando desde hace varios meses a Centroamérica, lo que genera tensiones y urgencias humanitarias en la región.

Panamá y Costa Rica buscan ponerse "de acuerdo en la política de atención de los migrantes" ante el "riesgo" de la proliferación de enfermedades ya controladas, dijo por su parte la directora general de Salud de Panamá, Itza Barahona.

"Nos preocupa más la fiebre amarilla", indicó Barahona, quien explicó que las autoridades ponen especial atención en las enfermedades cuyo período de incubación es largo.

En ese sentido, Méndez aseguró que ya se detectaron entre los migrantes en tránsito casos, "aunque muy esporádicos y muy focalizados", de malaria, dengue y tuberculosis, "enfermedades que ya están erradicadas en nuestros países".

Mantener un control y un registro sanitario de esa población en tránsito es una de las cuestiones que Panamá y Costa Rica pretende resolver con la instalación de albergues humanitarios a lo largo de sus fronteras, indicó Méndez.

En los albergues los migrantes no solo reciben atención humanitaria y se les dota de alimento, vestido y un lugar donde dormir y asearse, sino que también se les da la atención médica necesaria, añadió.

Por su parte, el director general de Salud de Costa Rica, William Barrantes, sostuvo que "a veces" los migrantes ilegales llegan a Panamá y Costa Rica "con enfermedades que ya están bien controladas" en ambos países, y que eso es un foco de "preocupación" para las autoridades sanitarias.

A ello se suman los "problemas de cultura, de adaptación, de discriminación" que se presentan con el fenómeno del paso masivo de migrantes por el istmo, dijo Barrantes.

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