Crece la presión sobre Trump en la trama rusa por la cooperación de su exjefe de campaña

El acuerdo de cooperación logrado hoy entre Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente de EE.UU., Donald Trump, y la fiscalía especial de la trama rusa aumenta la presión sobre el mandatario, que ve cómo quienes fueron parte de su círculo más cercano colaboran con las autoridades.

Manafort aceptó cooperar con los investigadores en las pesquisas de la trama rusa dentro de su declaración de culpabilidad en dos delitos de fraude e intento de obstrucción a la justicia, que se suman a los otros ocho por fraude de los que ya fue declarado culpable hace unas semanas.

La Casa Blanca no tardó en distanciarse, como en anteriores ocasiones, de la declaración de culpabilidad tratando de desvincularla del presidente.

"Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente o con su exitosa campaña presidencial de 2016. No está relacionado en absoluto", enfatizó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado.

El paso dado por Manafort, de 69 años, se une a otras declaraciones de culpabilidad firmadas por otros miembros del equipo electoral del mandatario en el marco de la trama rusa y a la del exabogado personal de Trump, Michael Cohen, quien le implicó en supuestos delitos de violación de las normas de campaña de los comicios de 2016.

Manafort aceptó colaborar con la Justicia para reducir la condena que derive del total de diez delitos de los que es considerado culpable, que podría acarrearle el resto de su vida en prisión. "Me declaro culpable", aseguró hoy Manafort ante la corte federal de Washington, donde también dijo que entendía que la colaboración debía ser "por completo y sincera" como parte del pacto, que incluye la opción de testificar y proveer documentos.

Durante las últimas semanas Trump ha consultado a su equipo legal sobre la posibilidad de indultar a su exjefe de campaña, sobre quien se ha referido como "un buen hombre" y considera una víctima de la "caza de brujas", término que emplea el presidente para desprestigiar la investigación de la trama rusa.

Este perdón sigue siendo una posibilidad, una vez que Manafort ya haya comenzado a colaborar con las autoridades.

Ahora, habrá que esperar para ver qué puede aportar a la investigación Manafort, vinculado con oligarcas y políticos cercanos al Kremlin, y a si el mandatario se decide por indultarle o no. La fiscalía se guarda la opción de pedir una reducción significativa de la pena en base a cómo coopere Manafort.

A primera hora de la mañana de este viernes, el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, registró un nuevo escrito de acusación contra Manafort de los dos delitos, que parecía olvidar los otros cinco cargos que se le imputaban en el anterior escrito de acusación.

Poco después, la fiscalía anunció que el juez había cambiado el motivo de una audiencia sobre el caso prevista esta mañana, pasando de ser preparatoria para el juicio del día 24 de septiembre a versar sobre un acuerdo entre ambas partes, que terminó suponiendo la declaración de culpabilidad de esos dos delitos.

Manafort, que tendrá que esperar ahora dos sentencias de todos los cargos, afrontaba esa fecha el inicio de un segundo juicio en el marco de la trama rusa que ya no tendrá lugar tras el paso dado hoy y está a la espera de ver qué sucede con uno tercero sobre una decena de acusaciones que se declararon nulas en la causa previa.

El exasesor de Trump seguirá en prisión, régimen en el que lleva desde el pasado 15 de junio, y entregará propiedades por valor de millones de dólares.

Mueller, investiga desde mayo de 2017, de manera independiente al Gobierno, los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y Rusia, a la que las agencias de Inteligencia acusan de interferir en los comicios de 2016.

Manafort supuestamente trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo a las autoridades, lo que constituye un crimen.