Trump mete presión al Congreso para poner fin al cierre parcial del Gobierno

En la imagen un registro del presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump.
En la imagen un registro del presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump. / EFE
Efe
21 de enero 2018 - 15:52

El presidente de EE.UU., el republicano Donald Trump, metió hoy presión al Congreso -especialmente a los senadores de su partido- para acabar con el cierre parcial del Gobierno federal, del que culpó de nuevo a la oposición demócrata.

"Genial ver lo duro que están luchando los republicanos por nuestras Fuerzas Armadas y la Seguridad en la Frontera. Los demócratas solo quieren que inmigrantes ilegales entren en masa en nuestra nación sin control", afirmó Trump en su cuenta de Twitter.

"¡Si el punto muerto continúa, lo republicanos deberían ir por el 51 % (Opción Nuclear) y votar un verdadero presupuesto a largo plazo, no CR's (resoluciones de continuidad)", agregó el presidente.

La llamada "opción nuclear", que el líder de la mayoría en el Senado -en este caso, el republicano Mitch McConnell- puede convocar a discreción, cambia las reglas del Senado al requerir una aprobación solo por mayoría simple (51) y no de 60 votos.

Así, esta excepción, aprobada por los demócratas en 2013 para frenar entonces la obstrucción "sin precedentes" de los republicanos, pone en peligro la capacidad del partido de la minoría para frenar o bloquear el voto en casi cualquier materia.

Sin embargo, un portavoz de McConnell aclaró hoy que el grupo parlamentario republicano en la Cámara Alta "se opone a cambiar las reglas sobre legislación".

El Senado no aprobó este viernes los fondos para financiar al Gobierno y abocó al Ejecutivo de Trump a un cierre parcial e indefinido que entró en vigor a partir de esa medianoche.

La propuesta presupuestaria de los republicanos obtuvo más votos a favor (50) que en contra (48), pero fueron insuficientes para aprobar un proyecto de ley que requería el respaldo de 60 senadores.

Esa iniciativa, que la Cámara Baja sí aprobó el jueves, dotaba de financiación al Gobierno hasta el 16 de febrero, dando más tiempo a demócratas y republicanos para pactar unos presupuestos definitivos para el año fiscal 2018. Los demócratas, sin embargo, vincularon su apoyo a que Trump y los republicanos accedieran a regularizar a los cerca de 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores".

El programa con el que el Gobierno de Barack Obama (2009-2017) protegió a esos jóvenes de la deportación (DACA) expira este 5 de marzo, tras ser cancelado el pasado septiembre por Trump.

La Casa Blanca ha exigido al Congreso 18.000 millones de dólares en una década para construir un muro fronterizo con México -una gran promesa electoral de Trump- como requisito en la negociación de una solución para los "soñadores", algo inaceptable para los demócratas.

Pero el presidente "no negociará sobre una reforma migratoria hasta que los demócratas dejen de hacer juegos y reabran el Gobierno", advirtió este sábado su portavoz, Sarah Sanders.

Lejos de sentarse a negociar un salida, republicanos y demócratas se dedicaron el sábado, el primer día del cierre parcial de la Administración, a culparse mutuamente del cerrojazo, actitud que hoy se repitió en el Congreso, convocado en pleno domingo por la crisis.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que propone aprobar un presupuesto temporal que reabra el Gobierno hasta el 8 de febrero para reanudar la negociación "bipartidista", advirtió hoy de que "este cierre va a empeorar mucho mañana".

"Hoy sería un buen día para acabar con eso", aseveró McConnell, quien insistió en celebrar una votación en el Senado a la una de la madrugada del lunes, a menos que los demócratas "retiren sus objeciones procedimentales" para votar "más temprano".

El jefe de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, que ha rechazado esa oferta y abogado por una reunión con el presidente y líderes legislativos para dar con un remedio, volvió a apuntar con el dedo acusador a Trump.

"Estamos en un cierre de Trump", remarcó hoy Schumer, al incidir en que el Gobierno "solo puede funcionar si el partido mayoritario, el partido gobernante, acepta y busca compromisos"

Pese a que unos 800.000 empleados públicos "no esenciales", de un total de 3,5 millones, se quedarán en casa suspendidos de sueldo hasta que se alcance un pacto presupuestario, reina la incertidumbre en Washington sobre la posibilidad de forjar un acuerdo rápido.

El director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, aseguró hoy que el cierre del Gobierno no resultará tan "dramático" como el de 2013, que duró 16 días, pero avisó de que podría dilatarse "varios días" si no se resuelve esta noche.

A la espera de que alguien dé su brazo a torcer para zanjar la crisis, EE.UU. ve más cerca la llegada del lunes, un día laborable en que la parálisis parcial de la Administración se empezará a sentir de verdad en la vida cotidiana de los ciudadanos.

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