La historia de un militar que quiso iniciar una guerra civil en Estados Unidos

La historia de un militar que quiso iniciar una guerra civil en Estados Unidos
La historia de un militar que quiso iniciar una guerra civil en Estados Unidos

Steven Carrillo tenía un objetivo, el cual había escrito en Facebook, comentado con otros miembros de los Boogaloo Bois e incluso garabateado con su propia sangre mientras se escondía de la policía. Quería incitar una segunda guerra civil en Estados Unidos matando a agentes de policía, que consideraba ejecutores de un orden político corrupto y tiránico; agentes que describía como "enemigos internos" de la Constitución que aseguraba venerar.

Mientras le escribía a su hermano y veía que los oficiales se acercaban lo suficiente como para poder escuchar sus conversaciones, Carrillo envió un llamado urgente a sus compañeros de los Boogaloo Bois. "Prepárense y vengan", escribió en un mensaje de WhatsApp que, según los fiscales, envió a los miembros de una facción fuertemente armada de la milicia de los Boogaloo Bois a la que se había unido recientemente. En su texto mencionó que la policía venía tras él.

El mensaje de texto decía: "Elimínenlos cuando vayan entrando", según los documentos judiciales.

Los fiscales alegan que, minutos después, Carrillo tendió una emboscada a tres alguaciles. Abrió fuego con un rifle automático con silenciador y lanzó una bomba casera desde una posición oculta en un empinado terraplén a unos 12 metros de los oficiales. Uno murió de un disparo y otro resultó gravemente herido por la metralla de la bomba que le dio en la cara y el cuello. La policía indicó que cuando llegaron dos agentes de la Patrulla de Carreteras de California, Carrillo también abrió fuego contra ellos e hirió a uno.

"Los policías son los perros guardianes, listos para atacar cuando el dueño se lo ordene", dijo Carrillo durante una entrevista, su primera declaración pública desde que lo acusaron de asesinar tanto al alguacil del sheriff en Ben Lomond, como a un agente de seguridad del edificio federal Ronald V. Dellums y el tribunal de justicia de Estados Unidos en Oakland, una semana antes.

Cuando las autoridades finalmente aprehendieron a Carrillo el 6 de junio de 2020, las imágenes de un teléfono móvil lo captaron gritando a los agentes mientras se lo llevaban: "Esto es lo que he venido a combatir: estoy harto de esta maldita policía".

Para Carrillo, esa última y frenética expresión de rabia marcó la culminación de una larga caída hacia el extremismo, una trayectoria que había comenzado una década antes al adoptar el movimiento del Tea Party, así como el libertarismo y los derechos de portar armas de la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, antes de evolucionar hacia una participación cada vez más intensa con elementos paramilitares de los Boogaloo Bois.

El grupo militante se conoce por las distintivas camisas hawaianas que sus miembros visten en las protestas, a menudo mientras blanden rifles AR-15 y hacen llamamientos en favor de la guerra civil, que el grupo califica, de forma abreviada, como "Boog".

La detención de Carrillo fue también un presagio de algo más grande y ominoso: el surgimiento de un movimiento de insurrección violenta en todo Estados Unidos, dirigido por milicias cada vez más extremas y agresivas que buscan oportunidades para enfrentarse e incluso atacar al Gobierno.

Los ejemplos de esta insurrección más amplia abundan, desde el complot frustrado de octubre para secuestrar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, hasta el papel principal que desempeñaron grupos de milicianos como los Proud Boys y los Oathkeepers en la toma violenta del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero.

Aunque las milicias han estado activas durante mucho tiempo en el país, los grupos que monitorean la violencia extremista informan de un notable aumento de la actividad paramilitar en el último año; y, el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y el Director de Inteligencia Nacional han advertido contundentemente en los últimos meses de la elevada amenaza de violencia de los grupos extremistas nacionales.

"Estos grupos quieren ser instigadores, la primera línea de la guerra civil que va a ocurrir en este país", dijo John Bennett,"Estos grupos quieren ser instigadores, la primera línea de la guerra civil que va a ocurrir en este país", que era el agente especial a cargo de la división del FBI de San Francisco cuando detuvieron a Carrillo. "Lo que da miedo", añadió, "es que muchas personas de estos grupos que estamos viendo ahora son sus vecinos".

Al revisar la vida de Carrillo y su camino hacia la radicalización, a través de extensas entrevistas con él, su familia, sus amigos y su prometida, además de cientos de páginas de expedientes judiciales, mensajes de texto no divulgados anteriormente y documentos internos de la milicia, se revelan nuevos y sorprendentes detalles sobre la amenaza que representan los Boogaloo Bois.

Los expertos en grupos de milicias extremistas consideran desde hace tiempo que los Boogaloo Bois no tienen una verdadera jerarquía ni estructura de liderazgo. Sin embargo, al reconstruir las actividades de Carrillo y sus contactos en la milicia, los agentes de la ley se quedaron atónitos cuando descubrieron el grado de coordinación, planificación y comunicación del grupo.

Nacido en Los Ángeles en 1988, Carrillo tuvo una infancia marcada por episodios de violencia doméstica. De acuerdo con algunos familiares, su padre, un inmigrante mexicano indocumentado que trabajaba podando árboles, agredió repetidamente a su madre, quien era de Burbank, California. Abandonados por sus padres cuando eran niños pequeños, Carrillo y su hermano mayor Evan fueron acogidos por otros miembros de su familia, y a los cinco años fueron enviados a un pequeño pueblo rural de Jalisco, México, donde vivieron en la granja de sus abuelos.

Un par de años más tarde, los hermanos Carrillo regresaron a California para vivir con su padre, y acabaron por instalarse en Ben Lomond, un remoto pueblo de solo dos semáforos en las montañas de Santa Cruz. Tras graduarse de la secundaria de San Lorenzo Valley, Carrillo dijo que se alistó en la Fuerza Aérea en 2009, el mismo año en que se casó con su novia de la infancia. En una entrevista, el padre de Carrillo negó las acusaciones que hizo la familia acerca de la violencia doméstica, pero por lo demás no quiso comentar. La madre de Carrillo no quiso hablar oficialmente para este artículo.

Fuente: El País (España)

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