Crisis en el tramo final de las negociaciones del 'brexit' en el Gobierno de May

La primera ministra británica, Theresa May, se dirige al 10 de Downing Street tras una significativa votación sobre el Brexit, en Londres (Reino Unido), antes de ayer.
La primera ministra británica, Theresa May, se dirige al 10 de Downing Street tras una significativa votación sobre el Brexit, en Londres (Reino Unido), antes de ayer. / EFE
Efe
22 de junio 2018 - 11:03

Reino Unido entra en la recta final de sus decisivas negociaciones sobre el "brexit" en medio de profundas divisiones internas en el Gobierno de Theresa May, dos años después de que los británicos votasen por salir de la Unión Europea (UE).

La primera ministra británica ha tenido que sortear en el último año rebeliones entre los diputados "brexiteers" (a favor de una salida dura de la UE) y los llamados "remainers" (los proeuropeos) por la dirección de las negociaciones con Bruselas.

En los últimos treinta años, los desacuerdos sobre Europa han envenenado a los "tories", amenazando incluso con tumbar a primeros ministros, y estos roces no se evaporaron con la consulta del 23 de junio de 2016, en la que el 53,4 % de la población votó por el "brexit" frente al 46,6 % que lo hizo en contra.

"El Gobierno está dividido sobre el 'brexit' como lo ha estado siempre", señaló a Efe Victoria Honeyman, del Instituto de Política y Estudios Internacionales de la Universidad inglesa de Leeds.

Para el profesor de Política Tim Bale, de la Universidad Queen Mary de Londres, el Ejecutivo de May está "claramente e irremediablemente dividido. Tenía dos años para presentar una posición negociadora y, tristemente, ha fracasado".

Estas grietas están causadas por el tipo de vínculo comercial que Londres busca con la UE, una vez que el país se retire el 29 de marzo de 2019, dos años después de activar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inició la cuenta atrás para la desconexión.

Debilitada tras las elecciones generales de junio de 2017, cuando perdió la mayoría absoluta, May también busca resolver el asunto de la frontera entre las dos Irlandas, ya que el objetivo es que siga siendo invisible para no perjudicar el proceso de paz.

Para resolver esto y presentar la posición oficial británica en materia comercial, May ha dividido a sus ministros en dos grupos con el fin de acercar posturas y llegar a un acuerdo.

Así, en uno están los que prefieren una "asociación aduanera", por la que Londres recaudaría aranceles en nombre de la UE sobre los bienes llegados a sus puertos pero destinados a los Veintisiete, lo que evitaría controles en la frontera británico-europea, algo apoyado por los "remainers", como el titular de Economía, Philip Hammond.

En el otro están los que defienden la "máxima facilitación", que permitiría recurrir a la última tecnología para minimizar la necesidad de controles fronterizos físicos tras el "brexit", fórmula defendida por los "brexeeters", entre ellos el ministro de Exteriores, Boris Johnson, y el negociador británico, David Davis.

En el Parlamento, May consiguió, además, superar rebeliones entre sus filas sobre dos enmiendas en la ley del "brexit", que busca incorporar al ordenamiento jurídico británico las leyes comunitarias para dar certidumbre a empresas y ciudadanos.

Esas enmiendas, que May consiguió tumbar, fueron presentadas por los Lores y daban poder al Parlamento para vetar una posible retirada de la UE si Londres y Bruselas no llegan a un acuerdo.

Tras la aprobación de la ley del "brexit", May dará a conocer un libro blanco sobre la futura relación comercial con Bruselas después de la reunión del Consejo europeo de finales de junio, al tiempo que busca mantener un equilibrio entre "brexiteers" y "remainers".

El profesor de Política y Relaciones Internacionales Matthew Goodwin, del Ruhterford College de Kent, sureste inglés, dijo a Efe que en este momento "solo un tonto puede predecir lo que va a pasar en la política británica.

Con tanta incertidumbre relacionada con la frontera irlandesa y las divisiones en el Partido Conservador, podemos tener un largo verano de tensiones".

En este tramo final, May también se juega su posición, dado que gobierna con el apoyo de los diez diputados del probritánico Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP).

Para Goodwin, "es posible que la primera ministra caiga", aunque ha recalcado que "lo único que une a los políticos conservadores es su deseo de evitar unas nuevas elecciones que puedan poner en el poder a (el líder laborista de la oposición) Jeremy Corbyn".

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