Independentistas catalanes cortan carreteras y vías de ferrocarril

Independentistas catalanes cortan carreteras y vías de tren / AFP
Afp
08 de noviembre 2017 - 07:27

Con pancartas y gritando "libertad", independentistas catalanes cortaron este miércoles autopistas, carreteras, calles y vías de ferrocarril en protesta por el encarcelamiento de sus líderes, en una jornada de huelga general menos seguida que la anterior.

A diferencia deparo general del 3 de octubre, convocada en protesta por las cargas policiales contra el referéndum de independencia dos días antes, y que tuvo un gran seguimiento, la mayoría de comercios de Barcelona abrieron sus puertas con normalidad.

El principal centro mayorista de alimentos, Mercabarna, funcionó normalmente y así lo hicieron los mercados de la ciudad, bares, cafés y todo tipo de establecimientos. El metro funcionaba con servicios mínimos.

Los huelguistas concentraron su acción en cortar carreteras y perturbar los transportes públicos. Según el Servicio Catalán de Tránsito, hubo cortes en más de 50 puntos de la red de carreteras, incluyendo las dos principales autopistas que unen la región con Francia y Madrid y los principales accesos a Barcelona.

También quedó cortada la circulación de trenes de alta velocidad entre Barcelona y Francia, cuando un grupo de manifestantes con banderas independentistas invadieron las vías de la estación de Girona gritando "¡libertad, libertad!".

"La huelga tiene una participación ínfima, lo único que hay son problemas de tránsito que está dificultando que la gente vaya a sus trabajos", dijo sin embargo a la AFP una fuente del gobierno central en Barcelona.

Desde finales de octubre, es el ejecutivo español de Mariano Rajoy quien controla la región, tras destituir al gobierno regional de Carles Puigdemont que había impulsado una declaración de independencia unilateral.

"Las cosas están funcionando bien. Los funcionarios del gobierno de Cataluña están cumpliendo con su obligación", explicó Rajoy en una sesión en el Congreso.

El dirigente español también disolvió el parlamento y convocó elecciones para el 21 de diciembre. "Esas elecciones sirven para abrir una nueva etapa política, que necesariamente debe ser una etapa de tranquilidad, normalidad, de convivencia", afirmó, llamando a una participación masiva.

El independentismo también centra sus esfuerzos en movilizar a sus militantes para esas elecciones.

A pesar de los llamados de Puigdemont desde Bruselas, donde se encuentra desde hace diez días, a formar una lista que aglutinara todas la sensibilidades separatistas contra la intervención de Madrid, los diferentes partidos no consiguieron acordar una coalición.

"Ambiente tranquilo"

La huelga fue convocada por la intersindical independentista CSC poco después de la decisión de la Audiencia Nacional de Madrid de encarcelar a 8 de los 13 miembros del gobierno destituido de Carles Puigdemont. El resto se encuentran en Bruselas pendientes de una orden de extradición a España.

La justicia española los investiga por delitos de rebelión, sedición y malversación por impulsar el proceso de secesión que culminó con la proclamación de la independencia el 27 de octubre.

El paro carece del apoyo de los principales sindicatos españoles CCOO y UGT, pero sí el de sindicatos de sectores como la educación o la agricultura, así como de las principales organizaciones independentistas Omnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Así, en una plaza del barrio barcelonés de Gracia, la jubilada Conchita Cosialls entretenía a su nieta de 7 años Adriana, que no había ido a la escuela por la huelga.

"El ambiente es muy tranquilo", explicó a la AFP Cosialls, que dijo que sus nietos en escuelas privadas sí habían tenido clase.

Una camarera de un café de esa plaza, la plaza Vila de Gracia, que no quiso dar su nombre, explicó que "el día 3 de octubre estaba todo cerrado, mientras que hoy sólo hay un par de bares cerrados".

Medios catalanes secundan la huelga

Los dos diarios en catalán El Punt Avui y Ara se sumaron a la jornada de protesta y no llegaron a los quioscos. También la secundaron los medios públicos catalanes y la emisora de radio RAC1.

La policía catalana desalojó a manifestantes en la plaza Cerdá de Barcelona, y negociaban el levantamiento de los cortes en otros puntos, pero recibieron también acusaciones de pasividad.

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