El Legislativo francés abre la controvertida reforma constitucional de Macron

Miembros del parlamento escuchan el discurso del presidente francés, Emmanuel Macron, durante un congreso especial en Versalles, París (Francia) ayer. on
Miembros del parlamento escuchan el discurso del presidente francés, Emmanuel Macron, durante un congreso especial en Versalles, París (Francia) ayer. / EFE
Efe
10 de julio 2018 - 10:47

Los diputados franceses comenzaron hoy a debatir la controvertida reforma de la Constitución impulsada por el presidente del país, Emmanuel Macron, que persigue hacer más eficaces las instituciones, pero que, según la oposición, debilita al Legislativo en beneficio del Gobierno.

Se trata de la primera reforma de la Carta Magna francesa desde 2008 y su debate puede durar varios meses, puesto que los diputados han anunciado ya más de mil enmiendas al proyecto de ley presentado por el Ejecutivo.

En declaraciones en la Asamblea, el primer ministro francés, Edouard Philippe, apostó por un revisión para ganarse la confianza de los ciudadanos y mejorar su "representatividad y eficacia".

"La meta es que los franceses estén mejor representados en una Francia que ha cambiado", sostuvo Philippe.

Macron pretende dar mayor flexibilidad a los debates legislativos, acabar con el tribunal especial para miembros del Gobierno, inscribir la especificidad de Córcega en la Constitución o la defensa del medioambiente entre los principios fundamentales de la República.

Todo ello en la parte institucional de una amplia reforma que, más adelante, tiene previsto reducir el número de parlamentarios, limitar sus mandatos e introducir parte de diputados por porcentaje de votos nacional y no por circunscripciones, para evitar la pérdida de poder de los partidos que tienen menos concentrado el electorado.

El conjunto de la reforma deberá ser adoptado de forma definitiva en 2019, bien por una mayoría cualificada de diputados y senadores, de tres quintos, la opción preferida por Macron, bien por referéndum. El presidente defiende que los cambios en la Carta Magna son necesarios para hacer más dinámica la democracia francesa.

En esa órbita se sitúa su propuesta de aceleración del proceso legislativo, tendente a aumentar el poder del Gobierno para descartar enmiendas con el fin de que las leyes puedan aprobarse de forma más rápida y evitar bloqueos burocráticos.

Una maniobra que la oposición considera que debilita el poder parlamentario, al igual que la posibilidad de que el Ejecutivo fije la agenda de los diputados. Menos controversia despierta la propuesta de inscribir la defensa del medioambiente en el artículo 1 de la Constitución, lo que obligaría a los parlamentarios a tenerlo en cuenta en el debate de todos los textos.

O la inscripción de la especificidad corsa, un compromiso que adquirió Macron con las autoridades de la isla mediterránea tras el histórico triunfo de los nacionalistas en las elecciones locales.

El millar de enmiendas presentadas es muy dispar y refleja diferentes anhelos políticos en un momento en el que se abre la Carta Magna a su reforma.

Algunos diputados han presentado propuestas para feminizar el lenguaje de la Constitución, otros para incluir el laicismo junto al lema de "Libertad, igualdad y fraternidad", para reconocer las raíces cristianas del país o para eliminar el término "raza" en el artículo 1.

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