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Puigdemont inicia su pulso con Madrid para presidir nuevamente Cataluña

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Carles Puigdemont / EFE
Afp
17 de enero 2018 - 06:13

El nuevo parlamento catalán, dominado por los independentistas y elegido tras el intento fallido en octubre de separarse de España, volvió este miércoles a sesionar en ausencia del presidente destituido Carles Puigdemont, que quiere ser investido desde Bruselas, lo que Madrid rechaza.

Alrededor de las 11H00 locales (10H00 GMT) se inició el pleno de constitución de la cámara, que no se reunía desde el 27 de octubre, cuando los separatistas proclamaron una república independiente que después no pudieron implementar ante la suspensión de la autonomía regional por parte del gobierno español de Mariano Rajoy.

Además de Puigdemont, otros siete diputados independentistas están ausentes de la sesión, tres encarcelados y cuatro en Bélgica. En sus escaños se colocaron grandes lazos amarillos, el símbolo de los independentistas para reclamar que se detenga la persecución contra sus líderes.

"Debería decir buenos días al presidente de la Generalitat (ejecutivo catalán, ndlr) y a los miembros del gobierno pero ya ven que no están aquí", dijo el independentista Ernest Maragall que dirigía la sesión inaugural al ser el diputado de más edad.

Aunque su plan fracasó y provocó gran inestabilidad política y económica, los independentistas consiguieron de nuevo la confianza de 47,5% de los ciudadanos y 70 escaños de 135.

Esto les permitiría escoger un presidente de los suyos y acabar con el control de la región por parte del gobierno de Rajoy, que suspendió de facto su autonomía el 27 de octubre, horas después de declararse la secesión.

Su candidato es Carles Puigdemont, el presidente regional cesado ese día por Madrid e instalado desde entonces en Bélgica, esquivando una causa judicial en España por rebelión y sedición.

El martes, su grupo parlamentario Junts per Catalunya (centroderecha) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), las dos principales listas independentistas con 34 y 32 diputados, anunciaron un acuerdo para proponerlo como candidato.

Con los cuatro diputados de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) de extrema izquierda independentista debería bastarles para formar gobierno.

Controlar el parlamento

Pero su mayoría es únicamente teórica dada la ausencia de ocho de sus diputados. En la sesión de este miércoles, Puigdemont y sus cuatro compañeros en Bruselas renunciarán a ejercer su voto para escoger la mesa del parlamento, el órgano rector de la institución que los independentistas necesitan controlar.

Según informaron fuentes de los partidos separatistas a la AFP, les basta con que los tres diputados encarcelados deleguen su voto en otros compañeros.

Así evitarán una impugnación del gobierno español a la votación y se asegurarán igualmente el control y la presidencia de la mesa del parlamento, que recaerá en un diputado de ERC, beneficiados por la falta de acuerdo entre el resto de fuerzas de la oposición.

Este órgano será quien decida si en la sesión de investidura, que debe celebrarse como muy tarde el 31 de enero, Puigdemont puede defender su candidatura por videoconferencia desde Bélgica o bien a través de un discurso leído por otro diputado.

Con esta opción, considerada ilegal por los servicios jurídicos del parlamento, evitaría volver a España, donde pesa una orden de detención contra él por cargos de rebelión y sedición.

Controversia sobre la investidura

Rajoy ya ha advertido que no permitirá que Puigdemont presida desde el extranjero esta región de 7,5 millones de habitantes y con una quinta parte de la riqueza española.

Tampoco la oposición en Cataluña lo ve posible.

"Olvídese de ser presidente (...) está huido de la justicia", le dijo Inés Arrimadas, líder del partido antinacionalista de derecha Ciudadanos, que ganó las elecciones de diciembre pero no dispone de apoyos suficientes para formar gobierno.

Pero desde Junts per Catalunya, insisten en que "no hay plan B" a la investidura de su líder, aunque eso lleve a un bloqueo político y al mantenimiento de la intervención de Madrid sobre Cataluña.

Puigdemont "parece cada vez más atrapado en una resistencia solitaria mientras el mundo va por otro lado", asegura el filólogo y columnista Jordi Amat, autor de varios libros sobre el proceso independentista catalán.

"No hay nada que haga pensar que no seguiremos enquistados en una situación de conflicto institucional", añade.

Según el ministro de Economía, Luis de Guindos, esta crisis política ya ha costado mil millones de euros al crecimiento de esta región, que supone el 19% del PIB nacional.

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