La crisis de gobierno a causa de la inmigración planea de nuevo sobre Berlín

La posibilidad de que se reabra la crisis de gobierno en Alemania a causa de la inmigración planeó hoy sobre Berlín con un nuevo desafío a sus socios del ministro de Interior y presidente de los conservadores bávaros, Horst Seehofer.
La posibilidad de que se reabra la crisis de gobierno en Alemania a causa de la inmigración planeó hoy sobre Berlín con un nuevo desafío a sus socios del ministro de Interior y presidente de los conservadores bávaros, Horst Seehofer. / EFE
Efe
10 de julio 2018 - 11:02

La posibilidad de que se reabra la crisis de gobierno en Alemania a causa de la inmigración planeó hoy sobre Berlín con un nuevo desafío a sus socios del ministro de Interior y presidente de los conservadores bávaros, Horst Seehofer.

El titular de Interior presentó hoy finalmente su controvertido "plan maestro" para "ordenar, gestionar y limitar la inmigración", el paquete de medidas que originó la disputa que hizo tambalearse al Ejecutivo de la canciller Angela Merkel hace dos semanas, y resaltó que el documento no ha sido consensuado con los socialdemócratas.

El texto no incluye los puntos que pactó hace cinco días con el Partido Socialdemócrata (SPD), pero, según dijo, esto "no es una provocación", porque él trabajaba desde sus "convicciones" y espera que los socialdemócratas no dejen pasar la ocasión "sin comentarios".

"Éste no es un plan maestro de la coalición, sino un plan maestro de esta casa bajo mi responsabilidad", aseguró el ministro hasta en cinco ocasiones ante las insistentes preguntas de los periodistas.

El plan, por ejemplo, sigue empleando el concepto "centros de tránsito", en lugar del acordado con los socialdemócratas de "centros de transferencia", para las instalaciones en la frontera donde se va a revisar si los inmigrantes tienen posibilidades de pedir asilo o si están ya registrados en otro país europeo.

El documento habla además de que en el límite con Austria se pondrá en marcha un nuevo "régimen fronterizo", pese a que el acuerdo del 5 de julio entre todos los socios de gobierno lo rechazaba.

Otros puntos pueden ser motivo de fricción. Como el que indica que los peticionarios de asilo deberán contribuir a las costas de sus procesos judiciales (en caso de que recurran resoluciones de la Oficina Federal Para las Migraciones y los Refugiados) y el que propone denegar las demandas de asilo de quienes viajen a sus países de origen durante la tramitación.

El SPD no tardó en reaccionar al movimiento de Seehofer y su vicepresidente, Ralf Stegner, le pidió que no reviva el "teatro de verano" de las últimas semanas y se ciña al acuerdo de coalición en lugar de hacer nuevas propuestas o tratar de renegociar lo ya pactado.

"No vamos a hablar de lo que ha presentado hoy Seehofer. Tenemos un plan maestro y ése es el acuerdo de coalición, que es el válido para nosotros y es el que debe implementar el ministro de Interior. Punto", afirmó en declaraciones al diario "Bild".

Desde la oposición, el Partido Liberal (FDP) tachó de "decepcionante" la iniciativa, La Izquierda habló de "documento de la atrocidad" y Los Verdes acusaron al ministro de no ocuparse de las personas que mueren ahogadas en el Mediterráneo.

Seehofer agregó que en los próximos meses se irá detallando cómo se va a implementar su plan maestro y que aún quedan por cerrar los acuerdos con los socios europeos que deben aceptar que Alemania le devuelva a los inmigrantes que registraron al acceder a la UE por sus territorios.

"Serán conversaciones muy difíciles, pero que pueden lograr resultados", afirmó Seehofer, que avanzó que los contactos empezarán esta misma semana con motivo de la reunión de ministros de Interior de la UE en Innsbruck (Austria), aunque no supo anticipar cuándo concluirán.

Medios y expertos coincidieron en señalar que tras esta iniciativa del ministro se esconde, como ya apuntaron durante la crisis de gobierno, su intento de revivir la posición de su partido, la Unión Socialcristiana (CSU), de cara a las elecciones de octubre en Baviera.

La formación conservadora, que ha gobernado de forma ininterrumpida este Land en las últimas siete décadas, ha visto caer su tasa de apoyo en los últimos meses, de forma paralela al auge de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Según una encuesta publicada ayer, la CSU obtendría un 38 % de los votos (frente al 47,7 % de 2013), frente al 14 % de AfD, que hasta ahora no tiene presencia en este parlamento regional.

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