La última rehén francesa en el mundo, Sophie Pétronin, regresa a Francia

Sophie Pétronin, la última rehén francesa en el mundo, llegó este viernes a Francia tras haber sido liberada la víspera en Malí, después de haber pasado cerca de cuatro años retenida por grupos supuestamente yihadistas, constató un periodista de la AFP.

El avión que transportaba a Pétronin, su hijo, un médico y diplomáticos aterrizó poco después del mediodía en la base aérea de Villacoublay, al sur de París, donde la exrehén fue recibida por el presidente francés Emmanuel Macron.

Con una mascarilla en el rostro y un pañuelo blanco en la cabeza, Pétronin, de 75 años, abrazó a los miembros de su familia, incluyendo a tres nietos, que le esperaban en la pista del aeropuerto, y habló durante varios minutos con Macron.

"Los franceses se alegran conmigo de verla por fin aquí, querida Sophie Pétronin. Bienvenida a casa", escribió el mandatario francés en un mensaje en Twitter, acompañado de una foto tomada en la pista.

Su liberación pone fin a una dura prueba y a una operación cuya génesis, desarrollo e implicaciones están rodeados de zonas de sombra.

Pétronin fue liberada junto con dos italianos y el político maliense Soumaila Cissé.

La liberación de los rehenes coincidió con la puesta en libertad entre el domingo y el martes de unos 200 prisioneros -algunos trasladados en avión a Tessalit-, según las autoridades malienses.

Tras cuatro días de informaciones, rumores y confusión, el gobierno de transición de Malí, instalado desde hace unos días por las nuevas autoridades militares, rompió a principios de la noche del jueves el silencio observado por Bamako y París.

La Presidencia de Malí "confirma la liberación de Soumaila Cissé y Sophie Pétronin. Los exrehenes están camino de Bamako", señaló en Twitter.

Pétronin y Cissé embarcaron en un avión en Tesssalit, una ciudad del norte cercana a la frontera argelina, antes de encontrarse con sus allegados en Bamako.

"Mi corazón de hijo está feliz, colmado, desbordado", dijo el hijo de Pétronin, Sébastien Chadaud, a France 24 poco antes de encontrarse con su madre. "En unos minutos voy a poder abrazar a mi mamá y al fin, ocuparme de ella, después de cuatro años".

Poco después del tuit de la Presidencia maliense, el gobierno del país africano anunció en un comunicado la liberación de los italianos Nicola Chiacchio y Pier Luigi Maccalli.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció en Twitter que "el padre Pierluigi Maccalli y Nicola Chiacchio, secuestrados en África entre 2018 y 2019, están libres y regresan a Italia".

El gobierno maliense informó que la liberación de los cuatro rehenes se produjo el martes. Hasta ahora, no se había mencionado que los dos italianos estaban a punto de recobrar su libertad.

Diferentes recorridos

Pétronin fue secuestrada el 24 de diciembre de 2016 en Gao (norte de Malí), donde vivía y dirigía desde hacía años una organización de ayuda a la infancia.

"Voy a rezar por Malí, pedir la bendición y misericordia de Alá, porque soy musulmana. Ustedes me llaman Sophie, pero frente a ustedes tienen a Mariam", dijo la mujer tras su liberación el jueves.

El cura italiano, instalado desde hacía 11 años en Níger, fue secuestrado el 17 de septiembre de 2018 por hombres armados en su domicilio de Bamoanga (suroeste de Níger), cerca de la frontera con Burkina Faso.

En la única prueba de vida desde su secuestro, apareció en un video grabado en marzo de 2020, junto al joven compatriota Nicola Chiacchio, indicó en abril un diario privado nigerino.

Chiacchi, hasta entonces desconocido y que desapareció en el norte de Malí en febrero de 2019, fue presentado por los medios italianos como un turista que recorría la región en bicicleta.

Cissé, por su parte, que quedó segundo en tres ocasiones en elecciones presidenciales, fue secuestrado el 25 de marzo de 2020 cuando hacía campaña para los comicios legislativos en la región de Tombuctú (noroeste).

Todos estaban en manos del Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM), una alianza de grupos yihadistas afiliados a Al Qaida, según el gobierno maliense.

La espiral de violencia ha causado, junto con las tensiones intercomunitarias, miles de muertos civiles y militares pese al despliegue de las fuerzas francesas e internacionales y se ha propagado a los vecinos Burkina Faso y Níger.

Con estas liberaciones, las nuevas autoridades de la transición pueden alardear de un éxito espectacular, pese a que los detalles de la operación, la identidad de las decenas de prisioneros y las repercusiones en las relaciones entre el poder y el GSIM son desconocidas.